Campañas populistas
Han transcurrido ya la cuarta parte de las campañas políticas de quienes aspiran a integrar la próxima legislatura federal, donde la mayoría de los partidos políticos de oposición han centrado su estrategia electoral en los señalamientos de corrupción, impunidad y pobreza en la que se encuentra sumergido el país desde hace décadas, pero que en el último sexenio han estado a la orden del día; su contraparte ha reaccionado con una campaña de "propuestas" donde afirman y aseguran que gracias a la reformas estructurales el país no esta tan "mal".
Pero más allá de estas estrategias electorales que no han logrado crear confianza ni certidumbre en el electorado, todos los candidatos y partidos por igual no han explicado como finalmente desde el Congreso de la Unión, van a enderezar el rumbo de un país que parece destinado a una nueva catástrofe financiera, como las registradas en la década de los setentas y ochentas caracterizadas por fuertes devaluaciones, incremento exorbitante en las tasas de interés, salida de capitales al extranjero y al final mayor pobreza.
México está en la antesala de una crisis económica, producto de una caída extraordinaria en los precios internacionales del petróleo que han implicado un fuerte golpe a las arcas del gobierno federal; por la falta de una estrategia gubernamental de acabar con los excesos en el gasto público; por la carencia de inversión en infraestructura que reactive la economía interna y una política fiscal agresiva que cada vez hace menos competitivas a la micro, pequeña y mediana empresa.
Hasta el momento, ninguno de los aspirantes a una curul en San Lázaro, ha logrado explicar ya sea por ignorancia o falta de un compromiso real, del como finalmente se va a dar certidumbre al rumbo económico del país y del cómo se van a enderezar las finanzas públicas de México sin que implique un mayor endeudamiento en el extranjero, práctica recurrente de la administración federal que lejos de ajustar su gasto corriente para optimizar, optó por la colocación de bonos de deuda en mercados europeos por mil 500 millones de euros en un plazo a 100 años con una tasa de interés anual del 4.2%.
Hoy el electorado merece y debe exigir de quienes busquen representar realmente a la ciudadanía, respuestas del cómo van no sólo a combatir de frente el grave problema de corrupción que se está carcomiendo al país, sino el cómo van a terminar con los ingresos exorbitantes e insultantes que recibe la alta burocracia, de la depuración del gasto público que deje a un lado el excesivo populismo y se centre en acciones que realmente tengan un impacto en la dinámica económica y social del país.
Del cómo finalmente desaparecerán los multimillonarios fondos gubernamentales, incluidos el propio Poder Legislativo Federal, que de manera discrecional se manejan en beneficio sólo de quienes hoy ostentan reducidos grupos de poder y que por igual permea y corrompe a la mayoría de las fuerzas políticas de México.
Del cómo se acabarán con los privilegios fiscales que tienen las grandes compañías que operan en México que siguen evadiendo el pago de impuestos, mientras que a las pequeñas y medianas empresas se les acecha desde los sistemas financieros electrónicos por parte de los "ciberauditores" del SAT.
Ninguno de los candidatos finalmente ha abordado el cómo van a optimizar el gasto público sin que implique mayores cargas fiscales, especialmente cuando está la posibilidad cada vez más real de ajustar a la alza la tasa del Impuesto al Valor Agregado en alimentos y medicinas, que hasta el día de hoy se mantiene en cero, pero que podría gradualmente eliminarse para compensar la caída de los ingresos petroleros.
No hay pues hasta el momento compromisos o propuestas reales del cómo le van a hacer los próximos legisladores para enderezar el rumbo de un país que se enfila, cada vez más, a una nueva y profunda crisis económica; quizás la ignorancia en estos temas o los compromisos de sus grupos políticos al final les impiden dar una respuesta a las demandas ciudadanas, pero que sin duda quienes ganen el siete de julio regresaran algún día con sus electores con despensas y cobijas para decir que ellos "si cumplen".
(*) El autor de este texto es periodista y reportero en Canal 10 Durango