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La puerta de atrás

A simple vista

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LUIS LOZANO

Para Víctor Roberto Infante González, delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social en Durango (IMSS) desde mayo de 2013, hacerse cargo de la instancia en esta entidad representó una oportunidad inmejorable para armarse de capital político y económico en una aspiración que, mucho afirman, tiene desde hace tiempo: buscar la gubernatura de su natal Zacatecas.

Por eso, y aunque para la mayoría de los analistas resultaba casi imposible alcanzar una candidatura de ese tamaño desde Durango, decidió jugársela llenando los espacios subalternos de confianza más importantes con zacatecanos que, en teoría, debían respaldar sus pretensiones políticas el día en que la suerte le favoreciera y obtuviera allá un espacio de participación electoral.

Sin embargo la decisión de remover a personajes con amplio respaldo en la delegación estatal para colocar a los suyos, se convirtió en su gran error político, pues muy pronto comenzó a ganar animadversión entre los centenares de empleados de la dependencia federal que ejerce más recursos económicos a través de su nómina.

Cierto es que los puestos de confianza están destinados justamente al arbitrio del mando, pues en teoría deben ser los más afines y fieles a su forma de ejercer la autoridad. Y eso a veces solo se logra con cercanos; pero también lo es que la estructura del "Seguro" funcionaba adecuadamente con trabajadores que a través de varios lustros, se habían convertido en "instituciones" internas. Casi de facto, les retiró a ellos la "confianza".

Sin embargo en medio de esos errores políticos estuvo uno legal, que por necedad jamás corrigió: el nombramiento de Armando Larralde Muro como Coordinador de Atención y Orientación al Derechohabiente. Es su cuñado; hay, pues, un acto de nepotismo.

Las quejas del personal del IMSS (sobre todo la de la defensa a ultranza del puesto del cuñado) hicieron tanto ruido que llegaron a oídos del Director General, Mikel Arriola, a quien en privado, se las confirmaron figuras de peso hace un par de semanas, durante su gira por Durango.

Y entonces tomó una decisión esperada hace mucho, la de relevar a Víctor Roberto Infante. Ya hay, incluso, nombre del sucesor: Gustavo Pintos Gutiérrez, exdelegado del Infonavit en Guanajuato.

Pero la cosa no quedará en el relevo, pues en la Secretaría de la Función Publica también se abrieron expedientes para indagar ciertas decisiones arrebatadas del delegado. Por ese y los otros motivos, bien podría irse sin reubicación, sin liquidación económica y con un proceso legal que podría llevarle a la inhabilitación. Dan por un hecho, de hecho, que será rescindido. O en palabras más simples, despedido.

Y hay quienes afirman que el alcance de la decisión podría llegar más allá, pues bajo el mismo argumento que Infante usó, Pintos Gutiérrez podrá excluir de su equipo de trabajo a los más de 40 que su próximo antecesor trajo para acá.

Con ello, Víctor Infante se despedirá de los 119 mil 670 pesos mensuales que obtenía por su cargo; mientras que algunos de los subalternos, tendrían que abandonar salarios que van de los $30,724 (lo que recibe un jefe de departamento) a los $65,671 que obtiene un jefe de servicios.

Pero más allá de esos nutridos salarios, Infante González terminaría por dejar la delegación estatal Durango por la puerta de atrás. Eso es lo que pasa cuando, a costa de todos, alguien intenta ser el dueño de la puerta de adelante. A manera de agregado: ayer, varios medios de comunicación buscaron a Infante González buscando su postura ante su inminente remoción y, contrario a su estilo, no recibió a nadie. Eso sí, en sus adentros, insiste en que su salida no es un hecho.

Al tiempo

DE REOJO//Nada tiene de extraño que Andrés Alejandro Martínez Nieto (alguien a quien quizá usted no conoce) ejerza su trabajo como abogado en el Poder Judicial del Estado; tampoco tiene nada de raro que otro abogado, Juan Pablo Betancourt Rodríguez (a quien quizá tampoco conozca), se desempeñe profesionalmente en el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa. Menos de raro tiene que sean amigos entre sí.

Lo que sí tiene algo de raro es la correlación laboral entre ellos y sus padres: el primero es hijo de la Magistrada Rosa Angélica Nieto Samaniego, integrante de la Sala Regional del Tribunal Superior de Justicia Fiscal y Administrativa; y el segundo, hijo de Apolonio Betancourt Ruiz, presidente del Tribunal Superior de Justicia en Durango.

Para algunos es, quizá, una manera inteligente de eludir el nepotismo a través de un intercambio "sui-géneris"; para otros, no es sino una exageración del que esto escribe fijarse en esos detalles.

Twitter: @luizork

Escrito en: tiene, Infante, pues, puerta

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