Originario de Monclova, Coahuila, Raúl Flores Canelo nació el 19 de abril de 1929. Estudió Artes Plásticas en la Universidad de Arizona (EUA) y en San Carlos (México).
Luego decidió dedicarse al arte del movimiento e ingresó a la Academia Mexicana de la Danza y al Ballet Nacional (1953-1966), donde fue coreógrafo y bailarín solista, bajo la tutela de Guillermina Bravo, José Limón y Ana Sokolow, entre otros.
Una de sus principales aportaciones a la disciplina es que adhirió elementos representativos de México y del nacionalismo, por lo que se le considera también como un importante innovador, reseñan sus biógrafos.
De acuerdo con el portal de Internet de Danza-UNAM, en 1966 fundó el Ballet Independiente, el cual a través de los años se ha consolidado como una de las compañías de danza más importantes de México.
Flores Canelo fue parte de las filas del Ballet Nacional de México, de Guillermina Bravo, donde aprendió las bases que lo llevaron a convertirse en uno de los pilares de la danza contemporánea mexicana.
Alberto Dallal, uno de los más afamados críticos de danza en México, comentó en su momento que "los jóvenes coreógrafos mexicanos estaban comenzando a implementar imágenes y movimientos del México prehispánico, cuando Flores Canelo ya las había buscado, encontrado y llevado a escena desde los años 70".
De Flores Canelo se dice que sus obras llegaron al pueblo, porque de ahí provino; "retrató a personajes de su entorno: al cantinero, al carpintero y los sacó en sus coreografías. No trató de poner a los grandes personajes, fue un coreógrafo básicamente popular. La inspiración de Raúl era que sabía hacer trascender las clases populares por medio de la danza".
Igualmente, sus producciones destacaron por integrar símbolos y estilos, que reflejaban su propia experiencia.
Fue un artista sensible que supo transmitir sutilezas, erotismo y emociones, tomando como prioridad no al público extranjero, sino a un auditorio provinciano.
Una de sus más célebres creaciones es La espera, pieza donde logra una fusión sui géneris de música, danza, palabra, iluminación, vestuario y dramatismo, en una búsqueda que no se queda en el nacionalismo acartonado, asegura la crítica especializada.
Entre sus amigos figuraron importantes personalidades nacionales e internacionales, entre ellos: Alberto Beltrán, Leopoldo Méndez, Francisco de la Maza, Efraín Huerta, Elías Nandino, Carlos Pellicer, Jaime Sabines, Alberto Domingo y Froylán López Narváez.
A lo largo de su fructífera trayectoria consiguió múltiples reconocimiento, uno de los más importantes es el Premio "José Limón", en 1990.
En su honor se fundó en el Centro Nacional de las Artes un teatro y en el 2002 se creó un festival nacional de la disciplina y un premio, que también lleva su nombre.
La muerte de Raúl Flores Canelo, registrada el 3 de febrero de 1992, conmovió al gremio de la danza, que recordó entonces la convicción inquebrantable del artista, cuyo sentido del humor fue su mejor carta de presentación.