Benito Juárez, mitos y realidades
Este 18 de julio de 2017, se cumplen 145 años del fallecimiento de Benito Pablo Juárez García, personaje fundamental en la historia de México.
Sobre la figura del llamado "Benemérito de las Américas", quien llegó a este mundo el 21 de marzo de 1806, en San Pablo Guelatao, Oaxaca, se conocen algunos detalles, pero otros se han vuelto míticos, pues existen versiones diferentes a las difundidas de forma oficial.
Aquí algunas de estas versiones, con información de las agencias y El Universal.
1.- Su frase más conocida
"Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz", es la frase con la que invariablemente se le vincula a Juárez; no obstante, según algunas fuentes, esta debería atribuirse a la inspiración de Emmanuel Kant, quien en La paz perpetua de 1795 escribió: "la injusticia cometida se ejerce únicamente en el sentido de que no respetan el concepto del derecho, único principio posible de la paz perpetua."
2.- Masonería
De acuerdo con algunas versiones, en 1847 Juárez se inició en la masonería como parte del movimiento Rito Nacional Mexicano, y se asegura que en Palacio Nacional hay un cuarto donde se habría realizado su iniciación.
Tras su muerte, su cadáver fue expuesto los días 20, 21 y 22 en el Salón de Embajadores de Palacio Nacional, donde cuatro francmasones montaron guardia de honor por orden de su Gran Logia.
3.- Reelección
Pese a su rebeldía y conocida enemistad, el "Benemérito" se reeligió en la Presidencia durante ocho ocasiones, pero cuando estaba en el poder de 1858 a 1872, Porfirio Díaz fue una de las figuras que se opuso a la reelección de Juárez.
4.- Dureza
Sobre sus enemigos, también algunas fuentes destacan la dureza que Juárez les tenía, pues aseguran que cuando el Tribunal de México no sentenció a muerte al expresidente Santa Anna, Benito reaccionó con tal molestia que sancionó a los jueces con seis meses de prisión.
5.- Juárez y la Iglesia
Finalmente, y aunque la separación de la Iglesia Católica del Estado es reconocido como uno de los más grandes logros de este personaje histórico, hay algunos historiadores que afirman que Juárez no rechazaba la religión, sino que además era devoto, acudía a misa cada domingo y estudió en el Seminario de la Santa Cruz.