Cómo elegir un melón dulce en su punto
Para elegir un melón en su punto debemos utilizar cuatro de nuestros sentidos y comprobar lo siguiente:
El olfato. Cuando está en su punto, el melón presenta un olor dulce y muy delicado que resulta muy característico, pero si huele mucho (como si ya estuviese el melón abierto), es que ya es puro azúcar o está pasado. Si no tiene ningún tipo de aroma, habrá que dejarlo madurar durante 1 ó 2 días a temperatura ambiente y envuelto en papel de periódico.
El tacto. Cuando el melón está en su punto, al presionar el extremo opuesto a la mata, éste debe ceder 1 o 2 mm. Puede ser algo más si lo vas a consumir todo el mismo día, pero no mucho más.
El oído. Si al coger el melón con las dos manos y sacudirlo ligeramente se oye como un chapoteo en el interior, es que ya está empezando a deteriorarse.
La vista. Si la piel presenta grietas, fisuras o roturas, tampoco es buen síntoma. Seguramente ha sido golpeado durante el transporte y no estará en buen estado. Si presenta alguna zona más clara, ésta debe ser de color amarillo. Si es blanca o verdosa, es que el melón ha sido cortado cuando aún estaba verde y estará insípido.
Otros. Algunos productores incluyen en la etiqueta información sobre el contenido de azúcar en el momento de la recogida. Son los grados Brix, y lo deseable es que este valor esté entre 10 y 12.5, aunque esto no nos evita que tengamos que comprobar todo lo anterior ya que en el tiempo entre la recogida de la mata y la llegada a la frutería pueden haber pasado muchas cosas.
Para conservar los melones empezados que no se vayan a consumir en el día debemos retirar los extremos y todas las semillas, pues son las zonas que maduran antes y es por ahí por donde empiezan a ponerse malos.