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Trabajar, la única opción para avanzar

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Trabajar, la única opción para avanzar

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IGNACIO ESPINOZA GODOY

Ahora que inicia un nuevo periodo presidencial en nuestro país, muchos habitantes y muchas familias en general han cifrado sus esperanzas en que las nuevas autoridades federales gobiernen con justicia y que los diferentes sectores de nuestra nación se beneficien con su actuación. Sin embargo, siendo realistas, la única opción para que nuestro nivel de bienestar -tanto en el ámbito individual como colectivo- es continuar trabajando con el mayor esfuerzo, pues nadie hará por nosotros lo que necesitamos para que salgamos adelante en todos los aspectos y que ese esfuerzo se refleje en resultados positivos.

Por la experiencia que nos han dado y enseñado los años, los padres de familia sabemos que ningún gobierno nos cambiará la vida como por arte de magia y que todos nuestros problemas se resolverán, a pesar de que las autoridades que encabezan una nueva administración tengan las mejores intenciones, pues está demostrado hasta el cansancio que sólo mediante el esfuerzo individual se puede avanzar y alcanzar un mejor nivel de bienestar para quienes integran nuestra familia, de ahí que lo más importante en lo que debemos enfocar nuestra mentalidad es en el sentido de que sólo mediante el trabajo de los padres se puede conseguir solventar las principales necesidades de este círculo fundamental.

Entiendo perfectamente, estimado lector, que muchas personas tienen una gran confianza en que el nuevo Presidente cambie muchas situaciones que podrían parecer como grandes injusticias que no se han atendido ni resuelto por las autoridades que duraron seis años en el poder.

No obstante, en lo personal pienso que un solo individuo, por mucho poder que tenga, no va a llegar con una varita mágica y va a solucionar los múltiples problemas que como país venimos arrastrando desde hace décadas, si bien puede tener la voluntad de hacer su mejor esfuerzo por toda una sociedad que cree en él.

Por supuesto que es bueno cifrar nuestras esperanzas en el nuevo Gobierno que acaba de iniciar funciones, porque a final de cuentas ganó legítimamente el voto en las urnas que lo llevó al poder. Sin embargo, ahora quienes conforman la nueva administración federal tienen sobre sus hombros la enorme responsabilidad de que esa confianza depositada en ellos se traduzca en beneficios palpables y que se refleje en políticas públicas de auténtico apoyo, sobre todo, en favor de los sectores más vulnerables de la sociedad, pero no a través de dádivas, sino mediante programas que incentiven su participación para que generen acciones que deriven en un desarrollo de su ámbito personal y familiar.

Soy de la idea de que no es a través de políticas asistencialistas ni paternalistas como va a mejorar la situación de millones de habitantes que se debaten en la miseria, sino mediante el esfuerzo cotidiano, con su involucramiento activo, en el mejoramiento de su preparación educativa para aspirar a vivir con decoro y dignidad, para no depender de una despensa semanal o mensual, que podría resolver sus carencias alimenticias por determinado tiempo, pero al cabo de ese periodo todo volverá a retomar su cauce de escasez y penurias.

Sólo a través de programas encaminados a estimular la iniciativa ciudadana que nos impulse a mejorar nuestras condiciones actuales es como podremos salir adelante, ya que de otra forma estaremos condenados a estar supeditados a que el gobierno nos resuelva las necesidades que nos aquejan desde hace décadas, cuando lo más adecuado es que las personas trabajemos para que el esfuerzo que invirtamos en nuestras actividades diarias nos dé los frutos que requerimos para que nuestra familia subsista pero con base en esas ganas que le pusimos a cada acción para que sus resultados se reflejaran en un mejor nivel de bienestar.

Al nuevo gobierno no le podemos pedir, insisto, que solucione todo aquello que nos parece que no ha funcionado si antes nosotros no estamos dispuestos a comprometernos a aportar lo necesario para que la respuesta a esos problemas la encontremos de manera conjunta, entre sociedad y autoridades, lo cual es, a mi juicio, la única opción que tenemos para dejar atrás ese rezago que se ha acumulado en muchos aspectos y que sólo unidos podemos afrontar para que no todo se lo dejemos al nuevo Presidente que apenas hace dos días tomó las tiendas de este país.

Demos un voto de confianza a la nueva administración federal que a partir del 1 de diciembre tomó las riendas de este país, y pensemos de manera optimista en que tienen las mejores intenciones de hacer bien las cosas para que al pueblo mexicano -en sus diferentes sectores- le vaya mejor que en los años recientes, pues siempre se podrá hacer algo nuevo para mejorar lo ya hecho por los antecesores.

Sin embargo -vuelvo a insistir-, en lo que respecta al aspecto individual y familiar, la mejor opción para avanzar y acceder a un mejor nivel de bienestar está en el esfuerzo que cada quien realice, todos los días, en la trinchera que le tocó resguardar, de ahí que la recomendación es continuar trabajando, imprimiendo nuestro sello personal de disciplina, generosidad y solidaridad hacia los demás.

Escrito en: PADRES E HIJOS nuevo, esfuerzo, nivel, opción

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