‘Cats’ roba el corazón

La luna ‘Jélica’ brillaba sobre un callejón. Había escondites por doquier, pasadizos “secretos” por donde salían gatos inesperadamente: de arriba o abajo, de la derecha o la izquierda, de una orilla o del fondo.

Felinos enormes, de infinitas razas. Juguetones, coquetos y sutiles, discretos y misteriosos. Tan atrapantes que en ratos hacían olvidar que eran humanos, que se trataba del elenco del musical ‘Cats’ que había regresado a Durango como parte de su gira nacional, bajo la producción de Gerardo Quiroz.

Los enérgicos acróbatas, bailarines y actores abrazaron al público duranguense en la primera de dos funciones del sábado con una de las historias más populares en las artes escénicas, compuesta por Andrew Lloyd Webber y estrenada en 1981 en Broadway.

Así el Teatro Ricardo Castro se convirtió en el punto de encuentro de la tribu de los gatos ‘Jélicos’, el espacio donde celebraron su reunión anual, esa en la que su líder, elegiría al felino que tendría la oportunidad de renacer, de conseguir una nueva vida ‘Jelical’.

Pronto, con esa agudeza que los caracteriza, se dan cuenta que hay humanos observándolos. La cuarta pared se rompió. Los actores hicieron del público un personaje más y, con potentes voces, se presentaron uno a uno entre jazz, blues y otros géneros.

Gatos criminales, “don Juanes”, traviesos, sabios, jóvenes, viejos, atrevidos, reservados, desahuciados, atados al pasado y de personalidades inimaginables, que de vez en cuando se paseaban entre las butacas con una agilidad admirable, fueron los protagonistas de la velada que, más que una reunión ‘Jélica’, llevó a reflexionar sobre las segundas oportunidades.

Consiguieron poner al público de pie. Los gatos se robaron el corazón de los asistentes. La ovación fue tal que el productor salió a agradecer el recibimiento a este espectáculo “hecho con pasión, amor, pero lo más importante de todo, con talento 100% mexicano”, dejando una promesa: regresar a Durango con un espectáculo de calidad, ese que la audiencia merece.