Martha Ofelia aviva el teatro
Sentada en una pequeña mesa, en un rincón de un restaurante céntrico, Martha Ofelia Galindo recordaba su debut en Bellas Artes. Tenía solo siete años cuando, por primera vez, el telón se corrió frente a sus ojos y su larga carrera como actriz comenzaba.
Fue junto a la Compañía Nacional de Teatro Infantil del Instituto Nacional de Bellas Artes. Una experiencia que se convirtió en el mayor regalo que su profesión actoral pudo darle, porque desde ese día hasta la fecha, "bendito Dios", no ha parado.
"El teatro es una profesión", dijo tajante.
En su caso, pasó cinco años, de cuatro a diez de la noche, preparándose en la sala Xavier Villaurrutia de la Escuela de Arte Dramático del INBA. Aseguró que ser histrión es igual a ser médico, no deja de ser una carrera "muy dura que requiere vocación" y mucho estudio. Por eso respeta a los verdaderos actores, a quienes buscan hacer bien su labor y lograr que el público se sienta satisfecho por lo que pagó para entrar a una función.
El mayor juez es, precisamente, el auditorio.
"Le gusta o no le gusta y ahí tú no puedes decir nada. Presentas diferentes espectáculos de diferentes formas y el público es quien tiene que decidir si le gustó o no el espectáculo", agregó, en espera de que su visita a Durango donde hoy a las 20:00 horas presentará 'Don Juan Tenorio' de José Zorrilla, en el Teatro Ricardo Castro, sea positiva y del agrado de los presentes.
Pero hay otro aspecto importante: que los teatros sigan llenándose.
"Sería muy bueno que los gobiernos de todos los estados tuvieran teatro escolar obligatorio. Nosotros tuvimos teatro escolar en Bellas Artes. Iban todos, teníamos obra para kínder, primaria y preparatoria y era una cosa maravillosa. Iban de todas las rancherías, de todas las clases sociales, pero era obligación que fueran al teatro. Eso se perdió y eso lo deberían recuperar todos los estados porque vas creando una vocación diferente para ver otras cosas. Eso se ha perdido y eso es muy importante. Ahí empieza la formación de público", destacó la actriz conocida en la pantalla chica por su papel de 'La maestra Canuta' en la serie 'Cero en conducta'.
Así como la gente elige qué proyecto ver, ella no ha tenido oportunidad de elección en cuanto a qué personaje interpretar.
"El director o productor es quien tiene un alista de reparto y te dice qué papel vas a hacer. Puede haber actrices que tengan ese privilegio, yo no, yo siempre he trabajado como obrera teatral, me dicen 'este papel le vamos a dar' y se acabó", resaltó, pero no ha sido gran problema pues cada personaje termina amándolo.
"Son parte de mí. Entregas salud, energía, tiempo, tu todo", reflexionó.
No hay obra universal que no haya hecho. En el caso de 'Don Juan Tenorio', aseguró que "es una literatura que no se debe perder", algo que debe disfrutarse, porque "si no disfrutas el trabajo, no tiene caso hacerlo", eso sí, estando consciente de que "es una responsabilidad", no solo por los ensayos sino porque se tiene que analizar con profundidad la obra para lograr la más pulcra interpretación por respeto a su público.
Tantos años de carrera y la verdad no se ha puesto a reflexionar en cómo quiere ser recordada. Simplemente se dedica a hacer lo que ama, a hacer su "trabajo con conciencia y responsabilidad" e irá dejando a la gente que "la recuerde como quieran", aunque desea que en el sentido actoral les guste lo que ella ofrece, pero no se hace ilusiones porque "a alguna gente le cae y a otras no".
Esto no se trata de ella, se trata del arte. Y de una cosa sí está segura: el teatro nunca muere. Ella, por lo pronto, lo aviva.