El inigualable legado de Nellie Campobello
Hace 34 años, el 9 de julio de 1986, partió Nellie Campobello, una de las grandes artistas que Durango vio nacer, México crecer y el mundo admirar.
Francisca Ernestina Moya Luna, de nombre real, fue una escritora, bailarina, coreógrafa, docente y poeta que "transformó la cultura del país con sus aportaciones a la literatura y la danza", compartió en un comunicado el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), dependencia que junto a la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), recuerdan "a esta figura imprescindible del arte mexicano".
En el texto compartieron una entrevista con la narradora y docente Patricia Camacho Quintos, quien dijo que Campobello "es un icono de la mujer rebelde, quien diseñó para ella y el mundo un discurso propio sobre sí misma y sobre la época que le tocó vivir".
Agregó que "su libertad de derroteros, de lenguaje y de estilo de vida nadie se la otorgó (como ninguna libertad se otorga), sino que ella la fraguó. En la literatura lanzó su voz personalísima e íntima en sus relatos y poemas acerca de la Revolución, de sus emociones personales, de la danza, de la figura materna y del México revolucionario y posrevolucionario".
REPASO A LA HISTORIA
Su infancia estuvo marcada por los inicios de la Revolución Mexicana, movimiento que obligó a ella y su familia mudarse a la Ciudad de México donde junto a su hermana Gloria, fundó lo que a la postre sería la Escuela Nacional de Danza.
Su talento en las letras, aunado al arte corporal y esa pasión de innovar, la llevaron a resaltar el papel de la mujer en sociedad en una época donde la participación femenina en la vida pública era limitada.
En 1937, su trayectoria y experiencia le permitieron convertirse en la directora de la Escuela de Danza, que un año después cambió su nombre a Escuela Nacional de Danza y ahora es conocida como la Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria Campobello.
En su obra literaria destacan 'Cartucho' (1931) y '¡Yo! Por Francisca' (1929).