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La Gran Manzana es y será, ¡fantástica!

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La Gran Manzana es y será, ¡fantástica!

GABRIEL RIVERA-BARRAZA

Nueva York, la capital del mundo, por primer vez en la historia está mas triste y desolada que nunca, durante esta eterna primavera.

En 20 años, desde que llegué a la Gran Manzana, no había visto este panorama que ha producido la pandemia por Covid-19.

Algo nunca antes presenciado por los neoyorkinos. Ni la Gran Depresion de los años 30, ni el atentado del 9/11, habían puesto a la ciudad, como se encuentra hoy.

Recuerdo allá al inicio del nuevo milenio y recién egresado de la Universidad Intercontinental Americana (AIU), situada en Los Ángeles, en pleno invierno americano, nevando sin cesar y con el currículum bajo el brazo, yendo a buscar mi primer gran trabajo. Sería para Genny Byblos, como representante de ventas para la boutique exclusiva que estaba por abrir sobre la 68 y Madison, una de las avenidas más caras e importantes del mundo.

Siempre uno conoce por medio de revistas y películas, acerca del glamour, lo fashion y la alta sociedad de esta gran metropoli, pero el vivirlo y sentirlo, es algo que uno nunca podría realmente entender, ni sentir hasta estar en este espacio. La realidad de las luces resplandecientes, de esos imponentes rascacielos, la vertiginosidad con la cual se vive cada dia y la adrenalina que genera el movimiento constante, es algo que uno realmente entiende, al vivir tan magnifica ciudad.

Estos irrecuperables tiempos duraron poco, ya que con la llegada del 9/11, la ciudad cambió en un abrir y cerrar de ojos. Fue un momento muy duro para toda la comunidad.

Varios años después llega una nueva prueba para mí. Regresaba de un viaje laboral, un 13 de marzo desde México a Nueva York, donde ya en el aeropuerto Benito Juárez, se anunciaba que los ciudadanos provenientes de varios países, no podrían ingresar a Estados Unidos, pues una gran pandemia con origen en China, se había desatado. Para mi suerte, México no figuraba en la lista de países en "rojo" por alerta.

Al llegar al país llamé a varios de mis amigos y vi que casi todos, se estaban yendo hacia otras ciudades como Palm Beach y los Hamptons, entre otros.

La desesperación me agarró en ese instante, ya que no sabía si quedarme en NY, ir con mi familia a California o regresarme a México, concretamente a mi natal, Santiago Papasquiaro, que hoy es un lujo, dada la imponente libertad y naturaleza que posee.

Lo pensé unos segundos, me puse firme y decidí quedarme en NY. De golpe todo se detuvo más que nunca, las aperturas de diversos locales se cancelaron, un gran y conocido evento como es el MET GALA, se suspendió e inesperadamente, así ocurrió con los demás eventos.

Con el correr de los días se sumaron grandes cancelaciones a esta gran espiral negativa. Las Olimpiadas de Tokyo, los desfiles de Haute Couture en París. Y no solo eso, sino que se empezaron a cerrar los límites con las fronteras. Todo iba de mal a peor.

Algo que quedará para siempre en mi memoria, es el gran buque hospital de Marina que llegó el 30 de Marzo a NY. Impactante, ya que desde mi edificio, podía verlo sobre el Rio Hudson. Pasaron los días y para el 24 de Mayo, había una triste noticia: la pandemia llevaba más de 100.000 víctimas en EU y en su mayoría de NY .

Luego de un muy difícil tiempo vivido, empecé a ver la vida con otra perspectiva, ya que al estar encerrado a uno le da tiempo para pensar y tambien apreciar las cosas mas mínimas y lindas de la vida; aquellas que no tienen precio, como ver a un familiar, compartir un café o tirarse libremente en un parque.

Los colores del Rio Hudson cambiaron totalmente tambien, hoy luce más limpio que nunca. También esos característicos olores a comida de calle, las pizzas de 99 centavos de dólar, el café típico de las grandes cafeterías y los perros calientes, un símbolo icónico de Manhattan, entre tantas cosas. También se extrañaba el sonido de los trenes o los chiflidos de los taxis amarillos.

Empecé a ver una NY local, ya no internacional, con esa gran diversidad que el mundo le aportaba. Con todo esa mezcla de idiomas, que incluso a veces, eran difíciles de descifrar. Me siento una minoría en una mayoría, y quién sabe qué esperar. Solo el tiempo, como fiel testigo lo dirá.

Pero como bien dicen, solo los más fuertes sobrevivirán, ya que esta ciudad es el ejemplo perfecto para la reinversión y adaptación a un nuevo mundo con nuevas reglas. El futuro nuevamente comienza aquí y solo me limito a decir ¡"New York fue, es y será fantastic"!

Escrito en: MODE NEW YORK gran, Gran, solo, pandemia

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