¿Para qué sirve la mano de buda?
La mano de buda es un fruto bastante curioso que seguro que has visto en los expositores del mercado, pero nunca te has parado a pensar qué es exactamente, para qué sirve, qué beneficios tiene y donde se puede conseguir en perfecto estado.
Este curioso fruto que recibe el nombre del sabio que fundó el budismo se puede comer en muchos platos aunque también es ideal para hacer cócteles por su intenso aroma.
Sus raíces son de origen asiático y del noroeste de la India y lo primero que se debe saber sobre la mano de buda es que su piel es comestible siempre y cuando se lave correctamente.
Es una de las variedades menos comunes dentro de la familia de los cidra cuyos y su aspecto es similar a unas manos entrelazadas orando o manos en general (de hecho es una de las ofrendas de los templos budistas). Se asocia a las manos del mismísimo buda en cualquiera de sus posiciones, de ahí su nombre. En realidad, aunque no esté comprobado al 100%, la mano de buda fue el primer cítrico que llegó a Europa por el interés que le depositó Alejandro Magno al ver su forma y su intenso olor.
Mucha gente lo asocia al limón, pero nada más allá de la realidad. A diferencia del cítrico más común, la mano de buda no tiene semillas porque es un fruto abortado cuya flor no ha sido fecundada ya que el pistilo de la planta es estéril.
La mano de buda tiene un aroma muy fuerte que con tan solo tocarla con las yemas ya se impregna en la piel. Es un olor intenso y agradable. Esta característica hace que muchos alimentos se cocinen con esta variedad, lo que le aporta un sabor exótico e intenso para todos los sentidos.
La esencia de la mano de buda es que no tiene pulpa, por lo que no genera jugo, pero su piel es clave para dotar de sabor ciertos alimentos tanto dulces como salados.
A parte de para alimentos, también se utiliza para elaborar perfumes y cosméticos ya que tiene unas altas cualidades aromáticos como la cumarina, la limonada y la diosmina.