Pese a clausura por olor a químicos, empresa sigue operando en El Ciprés
Habitantes del fraccionamiento El Ciprés, viven en una bomba de tiempo; en la red de drenaje circula un fuerte olor a diésel, mismo que fue corroborado por elementos de bomberos y el olor es tan fuerte que ya provoca náuseas y vómito en los menores de edad. La Policía Ambiental “clausuró” la empresa que vierte esos desechos al drenaje, pero, “es una clausura de broma, solo para tomarnos el pelo”, aseguran afectadas.
Desde hace más de un mes, los habitantes de la zona norte del fraccionamiento El Ciprés, empezaron a detectar un olor a diésel o gasolina proveniente del drenaje.
Por la mañana era poco el olor, pero ya por la tarde y noche, ese olor era mayor y los fines de semana se hacía insoportable, señalan.
Incluso, comenta la señora Elizabeth Ponce, una de las afectadas, el olor era tan fuerte que cuando tomaban agua de la llave o de un garrafón, ya sabía a gasolina o diésel.
Rosalía Morales, otra afectada, dijo que el colmo fue que en esta semana varios niños empezaron a sentirse mareados y a vomitar, por lo que volvieron a insistir con las autoridades municipales para que fueran a revisar de dónde provenían esos olores.
La tarde del jueves acudieron elementos de Bomberos Municipales, quienes al abrir la alcantarilla detectaron el fuerte olor a diésel, razón por la cual hicieron la medición de riesgo de presencia de químicos o residuos tóxicos con un aparato especial.
El resultado fue que el riesgo de algún incidente mayor era grado medio, por lo que iniciaron a buscar el origen del mismo.
Las madres de familia del fraccionamiento Ciprés, acompañaron a los bomberos y llegaron hasta el registro de drenaje afuera de una empresa que tiene menos de dos meses instalada a unos 100 metros de donde está la zona habitacional.
Al abrir el registro de drenaje el olor fue tan penetrante que no cabía duda alguna de cuál era la fuente emisora.
Rosalía Morales dijo que al lugar también llegó la policía Ambiental y la Dirección Municipal del Medio Ambiente, quienes entraron a la empresa emisora de los contaminantes.
“Yo grabé con mi celular y se podía ver como desechaban todos esos químicos al drenaje, era un líquido con una nata de grasa con un olor no sé si a diésel o a gasolina, pero muy intenso".
Siguió: “Después, los de la policía ambiental, cuando vieron que yo estaba grabando, me quitaron el celular y borraron la grabación que había hecho, me quitaron la evidencia”, dijo la mujer.
La Policía Ambiental clausuró la negociación y les dio un plazo de siete días a los responsables del negocio para que muestren toda la documentación en regla de la actividad que ahí laboran.
El problema es que la clausura del lugar solo se sabe por una lona que se colgó afuera, pero no hubo ningún sello de clausura.
Incluso, cuando las mujeres afectadas estaban en una transmisión en vivo a través de El Siglo de Durango, había personas de la empresa que entraban y salían de la misma, ignorando la lona de clausura.
“Véanlo ustedes, esto es una clausura de broma, es un chiste la clausura que hicieron los de la Policía Ambiental, cualquiera de los trabajadores puede entrar y continuar trabajando”, mencionó la señora Elizabeth Ponce.
Ahora las afectadas están pidiendo a los regidores sacar a la empresa de esa zona y que se vaya a la Ciudad Industrial, porque nadie la quiere ahí por el daño que está cometiendo a la población de El Ciprés.