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REGRESO A CLASES

Regreso a clases es apremiante advierte estudio pérdidas salariales de toda una generación

El BID estima que las economías de Durango y Coahuila podrían tener pérdidas salariales del 6 %

Regreso a clases es apremiante advierte estudio pérdidas salariales de toda una generación

Regreso a clases es apremiante advierte estudio pérdidas salariales de toda una generación

SOCORRO MUÑOZ

Las economías de Coahuila y Durango podrían tener pérdidas salariales de más del seis por ciento de retrasarse  el regreso a clases presencial, reveló un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).  La pandemia por el COVID-19 dejó severos en el aprendizaje de toda una generación y esto se traducirá en menores salarios.

El estudio del BID estimó que las pérdidas salariales como porcentaje del PIB, de los futuros trabajadores que hoy son estudiantes. ‘La pandemia puede impactar en el PIB en alrededor del 16.6 por ciento. El que los estudiantes no hayan tenido algún proceso educativo durante 128 días hacia el final del ciclo 2019-2020, puede representar el 8.4% del PIB; mientras que la postergación de la entrada al mercado laboral, lo que conlleva la repetición del año escolar representaría una pérdida del 5% del PIB de un año.

El estudio además plantea una heterogeneidad del impacto económico en los estados, en donde los estados de Coahuila y Durango se ubican entre los estados con alto nivel de retorno a clases y alta escolaridad.

Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) revela que el cierre de escuelas por la pandemia expone la falta de resiliencia del sistema y sus problemas estructurales. La discontinuidad de la escolarización presencial, además de traer efectos presentes y futuros en términos educativos y sociales impactará en la economía en su conjunto.

La estimación del BID señala que la economía perdería hasta un 16.6 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) de un año durante la vida laboral de toda una  generación por efecto de los menores aprendizajes del ciclo 2019-2020 solamente. Ante esta perspectiva añade que México sólo asignó el 3.3 por ciento del PIB para educación.

Más allá de pensar en el regreso a clases como un instrumento de reactivación económica inmediata, el Banco Interamericano de Desarrollo a través de una investigación a cargo de Alejandro Morduchowicz y Vicente A. García Moreno, titulada El impacto de la pandemia COVID-19: sus consecuencias educativas y laborales en el largo plazo señalan que es apremiante el regreso a clases ante la pérdida salarial que presentará toda una generación derivada de la pérdida de aprendizaje en las aulas.

Los investigadores  explican que  se estimaron varios escenarios del efecto de la pérdida del aprendizaje por el cierre de escuelas: en promedio, al momento de incorporarse al mercado laboral, la pérdida salarial de cada estudiante, entre primer grado de primaria y tercero de preparatoria, por el cierre de escuelas en el ciclo 2019-2020, será del 3.68 por ciento promedio del total de su salario. A esta pérdida se le adicionan los efectos del verano prolongado, que incrementa dichas pérdidas al nivel de 5.35 por ciento. Si también consideramos que se perderá parte del ciclo 2020-2021 por las deficiencias de la enseñanza en línea, proyectamos una pérdida salarial de 10.59 por ciento de sus ingresos laborales de toda la vida, suponiendo que las medidas de mitigación logran que se pierda solo el 50% de los conocimientos del ciclo.

La población afectada serán los actuales estudiantes de 6 a los 18 años de edad en México, que son aproximadamente 28 millones 849 mil 919 niños y adolescentes. Otra parte de esta generación que también se contempló en el estudio son los adolescentes que no están en las aulas y forman parte del mercado laboral.

De acuerdo al estudio, hasta ahora, se han adoptado medidas que intentan mantener cierta continuidad pedagógica; sin embargo, a la luz de los escenarios planteados eso será insuficiente. Antes de la pandemia era observable el rezago tecnológico de la escuela pública en términos de acceso y uso, tanto para el alumno como para el maestro. Asimismo, era prevalente el rezago tecnológico de los hogares vulnerables tanto en acceso como en uso pedagógico. Aunado a esto, los padres de familia, en promedio, dedican poco tiempo a la semana a las actividades educativas de sus hijos. Aunque cabe resaltar que, la madre trabajadora dedica más tiempo que el padre de familia y con tiempos similares a los que dedica la madre que no trabaja.  'Se debería comenzar a reflexionar sobre las acciones que permitan atemperar el impacto eventual sobre el futuro de la población escolar actual; entre ellas, modalidades híbridas (clases presenciales y remotas), la apertura de las escuelas en localidades o áreas con bajos o nulos índices de contagios, así como brindar mayor seguimiento de estudiantes y acercamiento a quienes no han podido mantener ningún tipo de vínculo con el sistema educativo en estos meses', señala el documento.

La investigación del BID, señala que derivado de pandemia del COVID-19 afectó el aprendizaje de 36.6 millones de alumnos, de estos, un 68 por ciento de nivel básico, un 15 por ciento de nivel medio superior y un 12 por ciento Superior. A pesar de que algunas instituciones educativas emprendieron proyectos para continuar trabajando de forma remota, un 87 por ciento de los estudiantes (la mayoría) asisten a escuelas públicas y de este porcentaje sólo el 56 por ciento contaba con acceso a Internet.

Para la investigación el BID además la pandemia COVID-19 también acentuara la desigualdad educativa en el interior del México y aumentará el rezago educativo del país con relación a los desarrollados.  

Los investigadores explican que el primer paso para poder analizar la pérdida de aprendizaje por el cierre de escuelas y el impacto sobre el ingreso consistió en obtener el valor presente de las ganancias salariales futuras. ‘Para esto, utilizamos las proyecciones poblacionales del Consejo Nacional de Población (CONAPO, 2018). Restringimos nuestro análisis a la población de 6 a 18 años (13 cohortes) en 2020, y construimos su crecimiento (o decrecimiento poblacional) hasta el final de su vida laboral por estado’.

Detallan que  se desarrolló una serie poblacional de 59 años para la población de 6 años en 2020 y de 47 años para la población de 18 años en 2020. Los datos de CONAPO abarcan del 2020 al 2050, por lo cual se extrapolaron, con base en las tasas de mortalidad por edad, los años que hacían falta para cada cohorte. Luego se les imputó el salario promedio nacional para cada año de vida laboral usando la ENIGH 2018 (carrera salarial promedio), además se aplicaron las diferencias salariales a nivel estado. Con ello, se trajo a valor presente todas las ganancias salariales futuras en 45 años de vida productiva con una tasa de descuento de 3%. ‘Con todo ello calculamos los ingresos totales de la vida laboral en valor presente ponderados por la pérdida salarial producida por la pérdida educativa. Finalmente comparamos los ingresos del escenario base y los escenarios de pérdida para evaluar el efecto de la pandemia en los salarios’.

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