Una cita con la democracia: votemos
El próximo domingo 6 de junio, los ciudadanos del estado de Durango y, en general, de todo el país, tendremos la oportunidad de participar en una jornada electoral y, en el caso de esta entidad federativa, podremos votar para elegir 15 diputados de mayoría relativa y 10 de representación proporcional (más conocidos como plurinominales), además de cuatro diputados federales, de tal forma que en nuestras manos está la renovación del Congreso Local y una parte de la Cámara de Diputados que tiene su sede en la Ciudad de México, en el llamado Palacio de San Lázaro.
A pesar de que los denominados comicios intermedios se caracterizan por su baja participación ciudadana en las urnas (generalmente no llega al 50 por ciento de los adultos registrados ante el Instituto Nacional Electoral), lo cierto es que de nosotros depende que el fenómeno del abstencionismo no se suscite como en los procesos electorales recientes y que se rompa esa tendencia negativa que a todos nos afecta de alguna manera por quienes deciden no salir a sufragar, no obstante la importancia que representa esta decisión para conformar los mencionados organismos legislativos a nivel local y federal.
Seguramente habrá muchas razones y argumentos de quienes acostumbran no acudir a las urnas cada vez que se tiene la oportunidad de elegir a nuestros gobernantes y a nuestros representantes populares, muchos de los cuales llegan al poder con menos de la mitad de los votos que deberían estar depositados en cada una de esas cajas que se arman en las casillas electorales, por lo que los ciudadanos que ignoraron el llamado para sufragar les dejaron a los demás, a los verdaderamente responsables, esa invaluable determinación para decidir el rumbo que deseamos para el estado de Durango y, en general, para el país entero.
Por supuesto que debemos reconocer que los candidatos a los distintos cargos de representación popular no siempre son los mejores perfiles que desearíamos para que ocuparan esa responsabilidad que les confiamos a través de las urnas, pero debemos resignarnos y conformarnos con los aspirantes que representan a los diferentes partidos políticos, aunque también existe la oportunidad de votar por los llamados candidatos independientes que, tal como su nombre lo indica, se trata de ciudadanos que buscan contender en el proceso electoral sin el respaldo de algún partido político, bien porque prefieren desligarse de alguna relación con ellos o porque sienten que no encajan con sus ideales o sus propuestas.
De cualquier forma, lo realmente relevante es analizar cada uno de los perfiles que nos ofrecen los partidos políticos y tratar de encontrar propuestas que nos llamen la atención, sobre todo si se relacionan con los grandes problemas que aquejan a nuestra entidad federativa o de manera general al país, pues lo que más nos interesa a los ciudadanos es precisamente que se atiendan nuestras necesidades en temas tan importantes como la seguridad pública, el salud, el empleo, la economía y otros fundamentales para el sano desarrollo de las familias y de la sociedad en general.
Un aspecto que los ciudadanos debemos considerar a la hora de dialogar con algún candidato, de esos que en ocasiones tocan la puerta de nuestra casa en busca de nuestro voto, es saber si sus propuestas de campaña son viables y si se pueden hacer realidad una vez que se planteen, en este caso en el Congreso del Estado o en la Cámara de Diputados, donde se discuten iniciativas de los legisladores locales y federales, las cuales posteriormente dan paso ya sea a reformas a las leyes existentes o la creación de una nueva ley sobre un tema determinado y sobre el cual urge que se legisle.
Y es que, estimado lector, abundan los candidatos que le ofrecen al electorado bajarle el cielo y las estrellas si votan por ellos, para lo que se valen en ocasiones de la buena fe de algunos ciudadanos que no siempre analizan esas propuestas y que se dejan llevar por las ideas muy atractivas de los aspirantes a diputados ya sea locales y federales, quienes no tienen facultades para decidir, por ejemplo, sobre la construcción de obras como pavimentación, pues su función, si acaso, es gestionar ante autoridades municipales para que se atiendan los servicios básicos en asentamientos habitacionales en la zona urbana y el medio rural.
Por aspectos como este es indispensable que reflexionemos bien antes de votar por los candidatos que se comprometen a todo pero que a la hora de cumplir simplemente les quedan mal a los ciudadanos que sufragaron para que los aspirantes ocuparan una curul a nivel local o federal.
En nuestras manos está esa decisión que puede hacer la diferencia entre elegir representantes populares que realmente cumplan sus propuestas o escoger a aquellos que, en el fondo, sabemos que difícilmente van a aterrizar sus ideas, así se trate de obras relevantes, pero si no se dispone de presupuesto su realización será poco menos que imposible.
Finalmente, amable lector, la recomendación es en el sentido de meditar el sentido de nuestro voto una vez que estemos en la soledad de la mampara donde marcaremos el nombre del candidato que decidimos apoyar para que nos represente a nivel local o federal (en este caso será en ambos), ya que de ello dependerá el rumbo de nuestro estado en muchos aspectos para su desarrollo y del país en términos generales.