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Antecedentes al eclipse del 10 de septiembre de 1923 en Yerbanis y Pasaje , Dgo.

Antecedentes al eclipse del 10 de septiembre de 1923 en Yerbanis y Pasaje , Dgo.

Antecedentes al eclipse del 10 de septiembre de 1923 en Yerbanis y Pasaje , Dgo.

ALEJANDRO AHUMADA R.

(SEGUNDA DE 3 PARTES)

Ingeniero Miguel Ángel Anguiano: nacimiento del observatorio Astronómico Nacional y primer director.

Para finales de 1870 se fueron dando grandes avances en el mundo dentro de la ciencia: en países más avanzados se comenzaron a fijar los límites entre naciones y poblados mediante la ubicación astronómica y geográfica con latitudes, longitudes y altitudes y, para todo esto, en México se sabía que tenía que hacerse algo similar.

Y es en 1876 mediante la publicación de un comunicado por parte del Ministerio de Fomento, Colonización, Industria y Comercio, donde se hace saber la disposición de encargar el proyecto de un observatorio astronómico el cual se debía establecer en Chapultepec y debería seguir la idea dominante del gobierno en ese momento, aclarando que tenía que ser un lugar digno y útil, con la premisa de cumplir las exigencias de la ciencia en ese momento.

Además de un observatorio astronómico, se construiría igualmente un observatorio meteorológico y magnético.

El encargado para su construcción y equipamiento lo fue el Ingeniero y Arquitecto Ángel Anguiano (1840-1921). En un principio se usaron los aparatos y telescopios con los que se contaba, había algunos que habían sido utilizados en expediciones anteriores como la hecha a Japón para la observación de Venus, pero el proyecto demandaba equipo nuevo y el gobierno federal aportó el dinero necesario para comprar el equipo requerido para tener un observatorio de nivel mundial. Vale la pena aclarar en este punto sobre la observación del paso de Venus, ya que su observación permitiría obtener la distancia de la Tierra al Sol y, con esto, dar una unidad de medida astronómica que ayudaría a estimar los cálculos del tamaño del sistema solar y las distancias entre astros; el viaje de esta comisión de ingenieros geógrafos y topógrafos a Japón fue el primer trabajo expedicionario en México centrado en la astronomía.

En 1881 el ingeniero Anguiano viajó como parte del proyecto de equipamiento del observatorio a Europa, con la consigna de contar con estos telescopios y equipos y de lograr tenerlos en nuestro país para aprovecharlos en una nueva observación del paso de Venus, pero esto ya en nuestro país para el 6 de diciembre de 1882.

En esta travesía, además de haber ido con los fabricantes y proveedores de los telescopios y equipos de medición que se requerían, el ingeniero Anguiano visitó a los más importantes observatorios de ese continente. Con varios de ellos ya se había iniciado comunicación meses atrás desde México y en los recorridos a los observatorios ratificaría el tipo y tamaño de los equipos que se comprarían. No existía antecedente alguno en compras de este tipo y menos de los requisitos de instalación. El viaje fue un éxito, se aclararon dudas en todos los sentidos, se visitaron los observatorios de Greenwich, de París, Montsouris, que era un observatorio muy cercano a Paris, Meudon, Bruselas, Berlín, Potsdam, Viena, el del Colegio Romano en Nápoles, Ginebra, en España el de San Fernando y Madrid y por último el de Dublín en Irlanda. La visita a estos lugares, además de la información y conocimiento adquiridos, reforzaron los lazos que al tiempo crecerían en el intercambio de información y en algunos en trabajos en conjunto.

Para 1882 tuvo lugar el paso de Venus, todo un acontecimiento para el medio de la astronomía, y con este motivo vino a México una comisión francesa para hacer observaciones en nuestro país; este grupo vino precedido por el señor Bouquet de La Grye, recibiendo el apoyo de los científicos nacionales y en especial del Ingeniero Anguiano y Felipe Valle, su segundo en escalafón y que al tiempo sería el segundo director del Observatorio de Tacubaya. Al poco tiempo del regreso de la comisión a Francia a su país, el director del observatorio, el Ing. Anguiano y el ingeniero Valle, recibieron las palmas de la Academia, un reconocimiento del gobierno francés que les confirió por su apoyo. A unos días de terminadas las observaciones de Venus, empezó la mudanza del castillo de Chapultepec al nuevo recinto de Tacubaya.

El uso de los nuevos instrumentos en el observatorio no le fue ajeno a sus conocimientos y la adquisición llegó igual en un momento adecuado, ya que para 1884 se suscitó un entorno de unificación mundial para establecer el meridiano "cero"; el ingeniero Anguiano participó como representante mexicano en la Conferencia Internacional Meridiana, en Washington en 1884, y al tiempo se fijaría como base o meridiano "0" en Greenwich.

En 1886 se instaló el gran telescopio llamado el gran ecuatorial de 37.5 centímetros de abertura y de 5.5 de longitud focal que se había encargado a Dublín; este telescopio, para el siguiente año, ayudó a la creación de la primera carta estelar, una carta y catálogo fotográficos del cielo convocado por la Academia de Ciencias Francesa, donde a este proyecto internacional se habían invitado a diferentes países y entre ellos a México. Gracias a la acertada compra de este telescopio se desencadenarían en el tiempo un gran número de eventos y objetos de cooperación entre muchas instituciones internacionales, habiendo iniciado con este gran proyecto de la carta astral, ya que los telescopios tenían que ser similares entre todos los participantes. En las memorias del ingeniero Joaquín Gallo hace la siguiente mención.

El origen de la invitación fue el siguiente: imitando el ejemplo de otros observatorios, se habían hecho en el de Tacubaya varios ensayos de aplicación de la fotografía para el estudio del cielo; entre las muchas pruebas que con ese motivo se hicieron, se obtuvo una fotografía de la luna, que fue remitida por el señor Anguiano al señor Bouquet de la Grye, quien la presentó al almirante Mouchez, entonces director del Observatorio de París; el señor Mouchez, con ese motivo, dirigió, a su vez, al señor Anguiano, una carta manifestándole que por la magnífica fotografía que había recibido había comprendido que México estaba en aptitud de colaborar en la obra que se iba a emprender y que su cooperación sería muy valiosa, dadas las magníficas condiciones de nuestro cielo y lo que se podía esperar de la habilidad de los observadores que habían logrado obtener tan buenos resultados.

Igualmente, como se lee en la aclaración, esta relación se derivó, tal vez sin esperarlo por el Ingeniero Anguiano, de la visita de la comisión francesa a nuestro país algunos años antes de este suceso.

La construcción del observatorio tomó casi veinte años y muy poca gente pudo imaginar la trascendencia de este proyecto, el ingeniero Anguiano había tenido una carrera previa de Ingeniería y arquitectura y con la experiencia laboral demostró que era la persona adecuada para dirigir ese proyecto. Él contaba con una vasta experiencia en fijación de límites, por varios años atrás se había dedicado a la ubicación geográfica de ciudades y límites en diferentes puntos en nuestro país.

Escrito en: caleidoscopio nuestra historia observatorio, Anguiano, ingeniero, tiempo

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