Cuál es el origen de las guajolotas
La guajolota es uno de los platillos típicos de la Ciudad de México, alimenta a diario a miles de capitalinos, quienes son fieles a su sabor.
Es uno de los platillos más queridos y aclamados: la guajolota.
Se trata de una torta de pan blanco rellena de tamal, la cual puede encontrarse fácilmente en las mañanas, ya que generalmente se consume como desayuno. Los capitalinos podemos ubicar su sabor gracias al aroma que despiden los braceros de los tamaleros, o por los altavoces que anuncian que nuestro alimento está pasando cerca de casa.
Todos los días sin excepción, en las calles de la Zona Metropolitana del Valle de México los tamaleros aparecen al despuntar el alba. Antes de que los trabajadores salgan de sus domicilios, las guajolotas están ahí, esperando para alimentar a millones de mexicanos que comienzan sus actividades. Suelen encontrarse en las zonas más concurridas: cruces de avenidas principales, parques, paraderos de camión o salidas del metro. Cada viajero dentro de la urbe conoce al tamalero de su elección al cual no cambia por ningún otro.
Por si fuera poco, su precio es accesible, el cual va desde los 10 a los 20 pesos. Sin duda, su compañero perfecto es el atole, sin embargo, también es acompañado con café de olla o soluble. A ambas versiones se les denomina "guajolocombo" y es especialmente atesorado en las mañanas de invierno. La torta siempre debe ir envuelta con un trozo de papel de estraza que le impregna su aroma; es parte de la experiencia.
Existen algunas versiones más elaboradas de la guajolota, como la de tamal frito. A diferencia de la torta común, en esta versión el tamal es recalentado en aceite. Una vez dorado, se coloca dentro de un pan blanco o bolillo. Generalmente en los lugares donde se ofrece la guajolota, encontrarás tortas de chilaquiles, otra de las exquisiteces de la gran ciudad. Gracias a la cercanía entre ambos alimentos de maíz, ahora existen guajolotas que son acompañadas con crema y queso blanco.
Aunque parece que no hay nada más chilango que meter todo lo que se pueda en un bolillo, en otros estados hay platillos de la misma especie, como en Michoacán, cuna de la torta de tostada o la de gelatina.
Curiosamente, un posible origen o antecedente de la 'guajolota' no está en la Ciudad de México, sino en Puebla, donde se vendía esta mezcla de granos (pan y trigo) a modo de un pambazo relleno de enchiladas; luego esto fue adaptado al conocido platillo de tamal.
Otra de las historias que se cuentan supuestamente sucedió en Tulancingo, Hidalgo, donde dice la voz popular que un grupo de ingenieros estaban instalando la electricidad decembrina.
En medio de su trabajo les dio hambre y acudieron a un puesto donde ya casi no había comida, pero la persona a cargo les ofreció algo llenador: unas tortas de enchiladas; como chiste los trabajadores dijeron que eso era "su guajolote" o pavo de Navidad, por lo que comenzaron a llamarlas de ese modo.
Una de las suposiciones sobre el nombre señala que se le llama así porque a los guajolotes se les engorda con maíz, el núcleo de esas enchiladas o tamales que rellenan el bolillo.
Agencias