Gasto hormiga, un lastre para las finanzas personales
Por mucho que se hable de la importancia del ahorro, en México sigue siendo una realidad que 42 millones de mexicanos (60% de la población adulta) no lo contemplan ni llevan un registro de sus gastos mensuales. El resto que sí lo hace, recurre a prácticas no formales como guardar el dinero en casa (65%) o participar en tandas (32%), estima la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
La falta de ahorro no se debe meramente a una cuestión de voluntad: según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2018, aún existe desconocimiento sobre los mecanismos y herramientas de ahorro. Por suerte, hay prácticas con las que puedes evitar complicaciones a fin de mes, como el ahorro 'hormiga'.
En muchas ocasiones, hemos escuchado hablar del gasto 'hormiga', que agrupa aquellos pequeños gastos del día a día que, si contabilizas, terminan siendo considerables. Del mismo modo, el ahorro 'hormiga' son los pequeños excedentes de dinero que tienes y que, si decides ahorrar, terminan ayudándote.
El ahorro 'hormiga' y el gasto 'hormiga' van de la mano, y uno puede volverse el otro y viceversa. Por ejemplo, si notas que todos los días haces un gasto innecesario, que aparentemente no afecta tu economía (como comprar un cigarro), y te decides a ahorrar ese monto, hablamos de ahorro 'hormiga'.
Por el contrario, si el dinero extra que juntaste a fin de mes lo gastas en alguna chuchería, volverás a caer en el gasto 'hormiga'. Uno puede ser consecuencia del otro. El punto es no caer en tentaciones y conservar ese dinero.
Si cada integrante de la familia se propone guardar esas pequeñas cantidades que quedan al final del día, como el cambio de alguna compra, las monedas sueltas en la cartera o ese dinero que dejaste de usar en gastos 'hormiga', en algunos meses, entre todos, tendrán dinero suficiente para emergencias o imprevistos.
VE MÁS ALLÁ
No basta solo con guardar esas monedas extras. Lo recomendable, de acuerdo con la Condusef, es que realices un presupuesto mensual de tus egresos: en qué gastas, cuánto gastas, cuánto te queda, qué gastos son necesarios, cuáles no… Esto te ayudará a tener un mejor panorama sobre tus finanzas y en qué puedes ahorrar y cómo no desfasarte o efectuar gastos innecesarios que afecten tu economía después.
La Procuraduría Federal del Consumidor apunta que, para que puedas contabilizar mejor tu presupuesto personal, hagas una tabla en la que pongas de un lado tus ingresos totales del mes y, del otro lado, tus gastos totales, diferenciando cuáles son fijos, es decir, aquellos que inevitablemente haces (comida, transporte, servicios o deudas previas); y cuáles son variables (gastos médicos, de salidas o diversión, ropa, calzado o desembolsos no previstos).
Al sumar todos estos egresos y compararlos con tus ingresos totales, podrás hacerte una idea de cuánto gastas, en qué puedes ahorrar y en qué no, y cómo puedes reducir gastos o incrementar ahorros.
Para que esta práctica tenga mejor efectividad, puedes aplicar dos recomendaciones más de la Condusef: distinguir entre necesidades y deseos. Y es que muchas compras innecesarias surgen a partir de no identificar bien entre algo que realmente necesitas, como un gusto del que puedes prescindir y que puede hasta ser pasajero. Aprender a diferenciar entre necesidad y deseo evitará que gastes de más o, bien, que después te arrepientas.
El otro tip es que definas tus metas. Si bien, a simple vista y en el día a día, parece que lo que ahorras es poco, puedes establecerte plazos a corto, mediano o largo plazo. Por ejemplo, haz la prueba ahorrando esas pequeñas cantidades en una semana, después en un mes y, luego, durante tres, seis o más meses. Esto te permitirá tener un objetivo y que, incluso, contemples ese ahorro para un plan específico, como un paseo, o para emergencias.
PRÁCTICA DE NIÑOS Y ADULTOS
La Profeco recomienda utilizar un frasco o alcancía, específicamente, para ahorrar las pequeñas cantidades extra de dinero que te quedan diariamente. Esta es una buena estrategia para habituarte a ahorrar y que te permitirá una mejor organización de dónde dejas esas monedas. Asimismo, puedes establecer días específicos para dejar dinero o alarmas que te recuerden que te toca hacer tu aportación del día. Puedes usar varias alcancías y destinarlas a diferentes objetivos.
FORMALIZA TU AHORRO
Si quieres guardar ese dinero en una cuenta bancaria o de ahorro, la Condusef exhorta a cerciorarse de que se trate de una institución autorizada, así como a comparar en diversas organizaciones, a fin de buscar la que te dé más beneficios y te cobre menos comisiones. También sugiere que, de preferencia, tengas una sucursal cerca de casa.
Errores en torno al ahorro
De acuerdo con la empresa de coaching financiero Coru, estas son algunas fallas que se cometen al llevar a cabo esta práctica:
*No guardar un porcentaje de tu ingreso mensual.
*Ahorrar únicamente lo que te sobra, en vez de un monto fijo.
*Reservar dinero sin definir un propósito: cuando existe una meta fija, hay motivación.
*No tener clara la cantidad de ahorro. Debes establecer una meta que puedas alcanzar.
*Relacionar esta práctica con una carga, en lugar de verlo como un hábito positivo.
*No pensar a futuro: desde el ahorro para el retiro hasta una emergencia.
*Caer en la tentación y gastar dinero antes de lograr tu meta.