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Lecciones de jazz para los gobiernos

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Lecciones de jazz para los gobiernos

Lecciones de jazz para los gobiernos

ESTEBAN G ROSAS

Un director de grupo de jazz no puede solo entregar una copia de las partituras y esperar que sean tocadas exactamente. Aquí influyen los ánimos, los estilos, la experiencia y los conocimientos del instrumento que tocan. Pero al iniciar el opus, la agenda se va negociando, con intervenciones improvisadas de solistas y apoyos de percusionistas. De esta manera se obtiene un producto final que es una melodía fluida, con ritmo y síncopa perfecta, para el beneplácito del público y el director. Bueno, esto lo logran los muy buenos, aunque todos los jazzeros debemos tener eso como objetivo.

Los gobiernos pueden aprender de este proceso y será seguramente más benéfico, cuando el gobierno esté en su etapa de inicio.

Los integrantes deberán ser personajes muy especiales, con mucha experiencia en el conocimiento de sus encomiendas, como saber la diferencia entre Do y Do# y enre Si y Sib y por supuesto entre inflación subyacente y no subyacente. Claro que se puede hacer la chamba de oído, pero, que yo sepa, pocos son tan privilegiados. A un agrónomo a cargo de una construcción se le puede ¡caer un puente!. Si el agrónomo es muy brillante, y los hay, como mis amigos Garzita y don Gabriel de la P, estos se rodearían de gente adulta que les orientara por dónde y de jovenes que impusieran el paso y jalaran con fuerza. Así funcionan las yuntas; un buey joven estira y un buey viejo marca el rumbo.

El respeto a las buenas ideas y libertad a los solos improvisados que a veces son lo más importante de la tarea y, muchas veces, la solución del problema, es vital en el proceso. Siempre bajo la dirección que marca el líder, que no deja que se adelanten, o que se desvíen del acuerdo original. Una nota fuera de tiempo o ajena a la escala adecuada puede sonar como un grito de un pavo cuando lo estan persiguiendo para la cena de Navidad.

Un gabinete de experimentados y talentosos operadores, con ideas innovadoras que puedan agregar valor a las labores y planes; con visión de futuro, seguramente, como grupo de jazz, obtendrían efectos muy sustentables en el público que observa y "necesita" una ejecución precisa, especialmente cuando no queda margen para errar.

Y una última lección: algunos integrantes deben saber que tocan instrumentos de acompañamiento; el saxofonista tiene que tocar en la nota que le marque el piano, pero el grupo hace de esa contribución del sax, muy importante. Los funcionarios también deben ser conscientes de la responsabilidad compartida.

En Durango tenemos una partitura; el plan de gran visión 2040 y un organismo, el Consejo de Desarrollo de Durango, que lo custodia; ahorita solo falta un relanzamiento fresco, con la marca de nuevos protagonistas , en quienes tenemos fe y confianza le darán pautas a los actores para llegar a los objetivos de desarrollo y generación de riqueza que tanto necesitamos en esta hermosa región.

El jazz, además de impresionarnos, nos enseña lecciones de vida.

Ánimo.

Escrito en: DurangoNómico marca, grupo, ideas, tenemos

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