Vidas: Vigdis Finnbogadóttir
Política islandesa. Elegida por vez primera en 1980, fue la primera mujer del mundo que se convirtió en jefe de Estado por sufragio universal de uno de los países con más alto nivel de vida. Según datos del portal Biografía y Vidas, cursó estudios primarios y secundarios en Reykjavik. Posteriormente estudió en las Universidades de Grenoble y La Sorbona, en Francia, así como en la de Uppsala y Copenhague. Fue portavoz y jefa de publicaciones del Teatro Nacional de Islandia. También ejerció como profesora de enseñanza media y universitaria, guía turística y monitora de francés en televisión. Especializada en literatura teatral, en 1972 fue nombrada directora del Teatro de Islandia.
El 30 de junio de 1980 fue elegida presidenta de Islandia. Su campaña electoral estuvo basada en la identidad lingüística, cultural y nacional. Defensora de la igualdad de los sexos, es pacifista, ecologista y enemiga de la energía nuclear. Considera a la televisión como un instrumento de masificación y el peor enemigo de la personalidad y el contacto humano.
En agosto de 1984 inició un nuevo mandato de 4 años de duración, al ser reelegida, sin oposición ni elecciones, por falta de candidatos. Sus poderes son más representativos que ejecutivos, similares a los de los monarcas en los países nórdicos, aunque con influencia en los períodos de crisis del Gobierno.
El 25 de julio de 1988 se presentó nuevamente como candidata a la presidencia de Islandia, teniendo como rival a otra mujer, Sigrun Thorsteinsdottir. Consiguió la reelección para un tercer mandato consecutivo, al obtener el 92 % de los votos. El 11 de febrero de 1991, Islandia, por boca de su presidenta, reconocía a Lituania y se convertía en el primer país del mundo en aceptar la independencia lituana respecto a la Unión Soviética.
En Junio de 1992 asistió a la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro, Brasil. Como ferviente ecologista, la presidenta tuvo un papel destacado en esta reunión. En 1992 se repitió su reelección para un nuevo mandato presidencial de cuatro años. En enero de 1993 el Parlamento islandés aprobó la ley sobre el Espacio Económico Europeo (EEE), que une en una única área comercial la Comunidad Europea y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), a la que pertenece el país. Para sorpresa de todos, la presidenta se negó a suscribir esta norma, porque veía peligrar el principal sector económico nacional, el pesquero. Finalmente, la ley sobre el EEE fue ratificada por Islandia. Abandonó el cargo en 1996, al no presentarse a la elecciones.