Afición de Santos Laguna vive martirio en el estadio Corona

Una nublada tarde fue el preámbulo del nuevo enfrentamiento del bien contra el mal sobre la cancha del estadio Corona, a donde poco a poco arribaron los aficionados, a paso veloz muchos de ellos, recién desempacados del trabajo diario.  

Los Guerreros regresaron a casa con la necesidad de abandonar una mala racha, determinados a exorcizar a sus demonios, la oportunidad parecía propicia y los fanáticos arribaron a su templo, con la fe como estandarte. 

Como suele suceder cuando los albiverdes juegan entre semana, el partido comenzó con unas tribunas apenas en proceso de ocuparse, las largas filas de automóviles en la Torreón - San Pedro y de personas en los rehiletes del estadio, avanzaron lentamente mientras la nación santista se desesperaba por ingresar al inmueble.  

Apenas cayó la noche en la Comarca, también se les vino la noche a los de casa, dos apariciones del "Guamerucito" García y dos goles para la visita, con lo que surgió el nerviosismo en la ya poblada tribuna albiverde. 

Entre tímidos abucheos, se fueron los Guerreros al vestidor para el entretiempo, pero al volver a la cancha no mejoró la cosa, otro gol rojo y aumentó el volumen de los abucheos, así como también aumentó el número de goles, hasta convertirse en una vergonzosa velada. 

Los santistas comenzaron a corear los "olés" en contra de su propio equipo, al cual despidieron entre gritos de "fuera, fuera", con la decepción de la humillación a flor de piel, con la mirada baja y una herida monumental.