
Salud. Aunque las investigaciones no determinan de manera contundente sus beneficios, sí es un delicioso y reconfortante platillo que te puede ayudar a curar algunos síntomas del resfriado.
El caldo de hueso es una receta que es fácil y barata de preparar. En esta próxima temporada de frío seguro te gustará disfrutar del reconfortante sabor y delicioso aroma de este platillo preparado con ingredientes frescos, pero además de ello, te decimos el padecimiento que ayuda curar.
Si te gusta incluir en tu menú algún tipo de caldo para complementar tus guisos a la hora de la comida, esta opción preparada con huesos puede ser ideal por los nutrientes que aporta al organismo, enseguida te compartimos más acerca de sus beneficios.
BENEFICIOS DEL CALDO DE HUESO
Tomar un caldo de hueso calientito puede ser muy reconfortante para el cuerpo, ya que, además de su sabor, contiene nutrientes que son benéficos para el organismo.
Sin embargo, hay que señalar que el valor nutricional del caldo de hueso puede variar, ya que depende del tipo de huesos utilizados, así como del modo de preparación, los tiempos de cocción y otros ingredientes que afectarán el contenido.
Pero, de manera general, el caldo de huesos contiene aminoácidos como la glicina y la prolina, las cuales contribuyen a formar las proteínas del organismo; glutamina, que ayuda a mantener la salud intestinal; glicoaminoglicanos, un tipo de carbohidrato que es necesario para producir líquido sinovial, es decir, un lubricante que facilitan el movimiento de las articulaciones.
El caldo de hueso es también una fuente de colágeno, la proteína más abundante en el cuerpo humano, que beneficia a los músculos, huesos, piel, cabello y articulaciones. Además, cuando se prepara con verduras, el contenido de vitaminas y minerales puede aumentar.
Aunque no se ha logrado demostrar científicamente los beneficios del caldo de huesos, algunos estudios han comprobado el leve efecto del caldo de hueso de pollo para aliviar las congestiones nasales.
RECETA FÁCIL
Si ya se te antojó disfrutar de un buen plato calientito de caldo de huesos, aunque no tengas resfriado, te compartimos esta sencilla receta.
Primero elige los huesos de tu preferencia, ya sean de pollo, ternera, cerdo o pescado. Limpia y lava los huesos antes de cocinarlos. Después lava los ingredientes que le vas a agregar como cebolla, zanahoria, papa, apio y perejil para darle más sabor y nutrientes. Puedes sazonar con especias como laurel o pimienta.
Enseguida coloca los huesos y los ingredientes adicionales en una olla grande con agua fría, la cual deberás poner al fuego. En cuanto hierva reduce la flama al mínimo y deja que se cocine a fuego lento durante un par de horas, para que durante la cocción se extraigan los nutrientes de los huesos y las verduras.
Cuando se forme una especie de espuma en la superficie, retírala con una cuchara. Mueve el caldo de vez en cuando para asegurarte de que todo se cocine, y agrega más agua cuando sea necesario.
En cuanto esté listo, retira los huesos y sirve solo o acompañado con arroz o cualquier guiso de tu preferencia.