
Bañarse con agua fría es una panacea: activa tu sistema nervioso simpático, reduciendo los niveles de citoquinas proinflamatorias que contribuyen a la inflamación crónica.
Aquí tienes algunas razones respaldadas por la ciencia para que conviertas tu próxima ducha en una experiencia polar. Nos puedes agradecer después.
Mejora tu estado de ánimo
Cuando te metes bajo una ducha fría, el agua estimula los receptores del frío en tu piel, lo que envía fuertes impulsos eléctricos a tu cerebro. Esto desencadena la liberación de neurotransmisores que regulan el estado de ánimo, como las endorfinas, las mismas sustancias químicas responsables de la "sensación de euforia" de los corredores, pero sin la molestia de despertarse a las 5 de la mañana para salir a correr.
TE DESPIERTA DE GOLPE
¿Tienes dificultades para deshacerte de la somnolencia matutina? El agua helada estimula la producción de noradrenalina y dopamina, dos hormonas que activan tu sistema nervioso simpático, lo que básicamente significa que es una excelente manera de ponerse en marcha antes de tu entrenamiento, especialmente si lo combinas con un doble espresso. Aunque quizás no deberías beberlo en la ducha.
ACTIVA TU CIRCULACIÓN
Reducir la temperatura al instante "disminuye tu temperatura corporal central, lo que hace que tu cuerpo trabaje más para calentarse bombeando sangre más rápidamente", dice Ollie Hayes, entrenador personal, exjugador profesional de rugby y fundador de So Fit. "Esto mejora enormemente tu circulación, lo cual tiene beneficios para la salud a largo plazo" y ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares como ataques cardíacos, angina de pecho y accidentes cerebrovasculares.
ACELERA TU METABOLISMO
Contrariamente a la intuición, un baño o una ducha fría pueden ayudarte a calentar antes de entrenar. Cambian el termostato interno de tu cuerpo, aumentando tu metabolismo y activando tus mecanismos internos de producción de calor, un proceso que requiere mucha energía y quema calorías.
ALIVIAN EL DOLOR MUSCULAR DE APARICIÓN TARDÍA
Además de limpiar tus músculos de toxinas, bañarte con agua fría después del ejercicio también engaña a tu cerebro para que se recupere más rápidamente. La inmersión en agua fría reduce eficazmente la sensibilidad muscular y acelera la recuperación de la fatiga, según un análisis publicado en la revista Frontiers in Physiology.
ALIVIAN LOS SÍNTOMAS DE DEPRESIÓN
Tomar una ducha fría durante cinco minutos, una o dos veces al día, alivió los síntomas de la depresión en un pequeño estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Virginia Commonwealth. Además de aumentar los niveles de norepinefrina, el agua fría promueve la liberación de beta-endorfina, "una sustancia que puede bloquear la sensación de dolor", dice la Dra. Stephanie Ooi, médica general en MyHealthcare Clinic.
