
Cáscara de limón: utilízala
Más allá de utilizarla para la repostería y algún plato suelto, la mayoría de veces la cáscara de limón, acaba en el fondo de la basura.
Lo que provoca que siempre lancemos la cáscara a la basura es su sabor amargo, sobre todo en la parte más blanca. En platos como por ejemplo el arroz con leche, se infusiona el lácteo junto con la cáscara del limón, pero yendo con cuidado de que no haya partes blancas para que no amargue el sabor dulce del postre.
En cuanto al limón en sí, tiene muchas propiedades que lo conviertes en una fruta muy interesante. Por ejemplo, está muy asociada a calmar ciertos dolores y a tratar algunos problemas de salud. Entre sus propiedades, se encuentra que favorece la digestión; que es rico en antioxidantes, vitaminas y minerales; previene la anemia; reduce el colesterol y metaboliza la grasa más rápidamente; protege el hígado... Por lo que nunca debería faltar un limón en tu nevera.
Las propiedades de la cáscara del limón la convierten en un complemento muy beneficioso para nuestra salud. Algunos de sus beneficios son:
Es una fuente de vitaminas y minerales: esta parte del limón contiene más vitaminas que el propio zumo de la pulpa, y también contiene potasio, magnesio, fibra, ácido fólico y betacaroteno.
Mejora la digestión: como decíamos previamente, el limón favorecía una mejor digestión, pero la cáscara también tiene vitamina C y antioxidantes que ayudan a tratar problemas como el hinchazón abdominal, por lo que ayudará a tu proceso digestivo.
Fortalece el sistema inmunológico: el limón es un cítrico rico en vitamina C. Eso permite tener un aliado natural para batallar frente a gipes y catarros.
Es rico en calcio: esto implica que la cáscara de limón ayudará a fortalecer tus huesos, por lo que puede ser un complemento a tener en cuenta llegados a una cierta edad.
Mantiene tu piel limpia: la cáscara de limón te ayudará a eliminar las manchas que aparezcan en la piel y también en los dientes.
Previene la formación de cálculos renales: éstos son pequeños compuestos de cristales que se forman de forma natural, y que son muy dolorosos de expulsar. Como el limón contiene citrato, se puede diluir más fácilmente.
CORTEZAS DE LIMÓN CONFITADAS
Si has usado una gran cantidad de limones y quieres aprovechar todo su potencial, otra opción es confitar su corteza, para ser usada más tarde en elaboraciones dulces o de forma decorativa. Para ello solo tendrás que cortar con cuidado la piel del limón en forma de tiras y meterlas en agua hirviendo durante 2 minutos. Tendrás que esperar a que se enfríen para repetir el mismo proceso un par de veces más. Mientras tanto, elabora un almíbar sencillo con agua y azúcar y cuando lo tengas listo introduce las cortezas en la disolución hasta que se consuma.
