De Contreras a Harvard

Para quien se atreve no hay nada imposible, idea que tiene más que clara Jaqueline, duranguense, hija de migrantes, quien el pasado 25 de mayo se graduó de la maestría en liderazgo educativo, de la prestigiada Universidad de Harvard.

Jaqueline Morales, de 29 años de edad, se siente orgullosa de su origen. Nació en la ciudad de Durango, pero sus primeros meses los vivió en el poblado Contreras, a unos kilómetros de esta capital, de donde es gran parte de su familia.

En el afán de dar una mejor calidad de vida a su familia, su padre partió en busca del “sueño americano” y, cuando tenía apenas nueve meses de vida, ella y su madre también partieron a los Estados Unidos.

Hoy son una familia de cinco integrantes, Jaqueline tiene dos hermanas gemelas que nacieron en el vecino país del norte, pero, los Morales son una familia que no olvida sus orígenes y les encanta venir a su querido Contreras.

La vida es los Estados Unidos no es fácil, si bien, tiene sus oportunidades, también está llena de obstáculos, mismos que sirven para crecer y fortalecer, según entiende Jaqueline, quien tiene como objetivo crear un programa de apoyo para estudiantes migrantes y jóvenes de escasos recursos.

“Para mi familia ha sido muy difícil lograr que yo haya llegado hasta aquí; somos migrantes y Harvard es una institución privada, en donde, a pesar los apoyos, siempre hay que gastar mucho dinero”, mencionó.

Su meta la tiene bien definida y está segura que puede lograrla; de hecho, su interés por la maestría en liderazgo educativo se deriva del interés que surgió en ella, desde que estudiaba su licenciatura, en prepararse para ayudar a estudiantes en sus condiciones o incluso, con más dificultades.

No ha sido fácil

Jaqueline salió de su casa, en Los Ángeles, California, para continuar con sus estudios, desde los 18 años, al ingresar a la Universidad de California, Santa Cruz, en donde estudio de forma paralela Derecho y Español, en un lapso de cuatro años.

Partir a la ciudad de Cambridge, estado de Massachusetts, en donde se encuentra la prestigiada universidad de Harvard, fue todavía más complicado, ya que representó ir hasta el otro lado del país, con relación a la residencia de su familia.

Sin embargo, cada esfuerzo ha valido la pena, refiere Jaqueline a un mes de haberse graduado de su maestría que, por cierto, se vio truncada temporalmente, por enfermedad, aunque terminó con calificación “A”, la más alta a alcanzar.

Con alegría, platica que tuvo una graduación latina en su programa, en donde pudo compartir con compañeros de diferentes países, este importante paso en la formación académica.

Jaqueline se ha convertido en un orgullo para su familia y un ejemplo para sus hermanas gemelas de 23 años, quienes realizaron sus estudios profesionales en la Universidad de California, Santa Bárbara.

“Mis padres han sacrificado sus sueños por sus hijos, es algo que tengo muy presente y parte de lo que me impulsa a esforzarme cada vez más”, dijo.

A diferencia de muchas personas que logran establecerse en Estados Unidos, para Jaqueline Durango es una parte muy importante de su vida; cuando se puede, su familia viene hasta dos veces al año a Contreras (en verano e invierno).

¡Ya viene la fiesta!

Es más, ya preparan su fiesta de graduación en ese poblado, ubicado a pocos kilómetros de la ciudad de Durango, al que se llega por un camino que corta de la carretera a México. Allí esperan abuelos, tíos, primos y amigos para celebrar su logro.

Y es que, a pesar de haberse ido desde los nueve meses, Jaqueline ama su tierra, le encanta su pueblo, pero también disfruta pasear por la ciudad de Durango, comer un elote en la Plaza de Armas y admirar la arquitectura del centro histórico.

Admira la cascada de El Saltito y le gustan mucho las gorditas de Nombre de Dios, en donde puede disfrutar el rico sabor de la comida mexicana.

Ha visitado varios lugares de México, en donde ha podido comprobar que, como su país, no hay dos, al recordar lo bien que la ha pasado en lugares como Guanajuato, Oaxaca, Yucatán, Sinaloa, San Luis Potosí y la Ciudad de México.

Para ella es muy grato tener sangre mexicana en sus venas, su país no solamente es su pasado, forma parte importante de su presente y es primordial en su futuro.