Educación y progreso
A poco más de un año de distancia para que termine el sexenio del Presidente López Obrador está sobre la mesa el último tema que ha polarizado a la opinión pública del país: la elaboración y entrega de los libros de texto que ha realizado este gobierno ha tenido el rechazo de organizaciones de padres de familia y gobiernos estatales de oposición.
Las acciones judiciales han seguido su curso y los promoventes de éstas aseguran que han tenido éxito en lograr que jueces federales ordenen detener la distribución de libros de texto en alguna entidad federativa, por ejemplo.
La educación de hoy trazará el futuro de nuestro país en dos décadas. ¿Tendremos niñas y niños capaces de desenvolverse en un contexto de competencia global? ¿Las herramientas que se les den en estos libros de texto les permitirán contribuir a la sociedad de una manera justa y equitativa? Estas y muchas otras preguntas de este tipo tendrán que responderse acerca de los libros de texto por parte de los especialistas en las diversas materias que cubren los libros de texto para la educación básica.
El nivel de debate que tenemos en estos momentos no alcanza a responder a las preguntas fundamentales acerca del efecto que tendrá en el futuro de nuestro país la educación que proponen los libros de texto que hoy nos presenta el gobierno federal.
El análisis a profundidad de la propuesta de libros de texto por expertos en cada materia es un primer paso para tratar de dar una respuesta a este tipo de preguntas. Es conocida la crítica del Presidente de la República al período de alrededor de tres décadas llamado "neo liberal" por dar prioridad a políticas públicas en las que, según sus críticos, el estado va dejando espacios cada vez más amplios a la iniciativa privada, a la mueve un ánimo de maximizar utilidades, lo cual no necesariamente es compatible con el aumento del bienestar social.
La elaboración de los libros de texto gratuitos, argumentan los funcionarios del gobierno federal asignados a defender su postura, fue una de estas áreas que se dejaron a la iniciativa privada, en este caso editoriales, y lo que ha hecho este gobierno, aseguran, es recuperar la rectoría del estado en la elaboración de estos materiales.
Sin embargo, las preguntas más importantes no se resuelven con los adjetivos que han utilizado los funcionarios públicos para tratar de contestar a las críticas que se han hecho a los libros de texto.
Si la crítica es que los libros de texto normalizan el intento de secuestro y asesinato de una figura central del empresariado mexicano de los años setenta y cuyo legado sigue teniendo una influencia muy importante en nuestro país, al referirlo como una "retención" y la consecuente "pérdida de la vida" de dicho empresario, la contestación oficial se centra solamente en el hecho de que la guerrilla es también parte de la historia, no en las razones detrás de la "normalización" de esas acciones, en este caso el intento de secuestro y asesinato de un empresario por parte de quienes en ese momento optaron por la lucha armada ante la opresión del sistema político mexicano.
La eventual crítica a los libros de texto no debe estar centrada solamente en los errores más evidentes que puedan apreciar los expertos en cada materia, sino en la capacidad que tiene en su conjunto el sistema educativo para generar competencias en una generación de mexicanos niñas y niños mexicanos que en dos o tres décadas será el motor de la economía mexicana.
Twitter: @jesusmenav