A fondo. El artista Chrixcel ahonda en la idea de que los mensajes del arte urbano son mucho más genuinos.
Ya sea para ilustrar un lobo dócil junto a una caperucita empoderada o para criticar la hipocresía de Emmanuel Macron, los muros de París son un escaparate artístico "democrático y poderoso" que abarca a un público más amplio que el de los clásicos museos de la capital.
"El arte urbano derriba todas las barreras sociales, porque lo admira desde una persona sin techo hasta el burgués del oeste de París", contó a EFE Chrixcel, autora de la recién publicada obra "Tribunas urbanas, muros de la reivindicación".
Capital de la alta gastronomía, de la moda, ejemplo de la arquitectura racionalista "haussmanniana" y sede de varios de los museos más conocidos del mundo (Louvre, Pompidou, Orsay), la capital gala busca ahora recuperar el tiempo perdido respecto a otras capitales del arte urbano, como Berlín, Nueva York o Sao Paulo.
A pesar del temor de muchos parisinos a que "ensucien" su glamurosa ciudad, las artes visuales callejeras, que engloban grafitis, cartelería y collage, entre otras expresiones, han acabado por imponerse y ya están reconocidas como un patrimonio de la ciudad (su Ayuntamiento socialista organizó en 2022 una gran exposición sobre los 60 años de arte urbano).
Para Chrixcel, nombre artístico de esta fotógrafa aficionada que conoce al dedillo los muros de la capital, las tendencias puramente estéticas conviven con las de un cariz más reivindicativo, como muestra en su libro editado por Alternatives, un sello de la prestigiosa Gallimard.
Los "chalecos amarillos", las crisis de los refugiados y del covid, la guerra de Ucrania y ahora el conflicto en Gaza e Israel, son algunos de los asuntos que se tratan. Temas incómodos en los que es difícil expresarse en "lugares tan tensos como las redes sociales", explica.
"Los muros son algo real, de un material como la piedra, el cemento, contrariamente a las redes sociales", enfatiza Chrixcel, para ahondar en la idea de que los mensajes del arte urbano son mucho más genuinos.
El artista Jaëraymie y su proyecto "Distortions" ha sido uno de los que más ha marcado en París a est especialista en arte urbano y que ilustra la portada de su libro.
Lanzado unos meses antes de las elecciones presidenciales de 2022, Jaëraymie chocó a muchos franceses por las intervenciones que hizo en las fotos de los principales candidatos en aquella contienda.
Macron vestido con un chaleco amarillo con el ojo morado (una denuncia a la violencia policial contra ese movimiento popular) o la ultraderechista Marine Le Pen ataviada como una musulmana, con un velo de color azul, fueron dos de los simbólicos retratos que más dieron que hablar.