El prolapso de órganos pélvicos puede llegar hasta el 40 por ciento de las mujeres multíparas
Poco antes de los 30 años, el ser humano alcanza el punto máximo de funcionamiento de los órganos. Una vez pasada esta edad las células envejecen de forma gradual. Si no existe un buen funcionamiento de células, no habrá un buen funcionamiento de órganos.
Las células mueren mediante un proceso de autodestrucción llamado apoptosis. Esto da lugar a células nuevas. Conforme avanza tiempo el número de células nuevas disminuye. Ello deteriora el funcionamiento de la mayor parte de los órganos.
En las mujeres, el descenso del número de células es uno de los factores que debilitan el tejido de los órganos pélvicos. El principal desencadenante es el parto vaginal según un estudio epidemiológico de la Oxford Family Planning Association.
Prolapso uterino
El debilitamiento muscular puede provocar el desplazamiento de los órganos pélvicos como la vejiga, el útero y el recto.
El prolapso provoca que éstos órganos ejerzan presión sobre la vagina. Lo que puede causar incontinencia urinaria, dolor durante la relación sexual, sangrado vaginal y lumbago.
Esto se debe a que el suelo pélvico está compuesto por una acción coordinada de músculos, no por una estructura estática. Su funcionamiento conjunto recae en el control del almacenamiento y evacuación de orina y heces, además, mantiene la estática pélvica en situaciones de esfuerzo.
Se clasifica en distintos tipos según el tipo de prolapso y magnitud.
En el caso del prolapso uterino disminuyen los niveles de hormonas femeninas, como los estrógenos, por lo que su tamaño se reduce. Los tejidos que sostienen el útero se debilitan y su estiramiento provoca que no funcionen más como sostén. Como consecuencia el útero cae sobre la vagina.
Si el cuello uterino baja hasta la parte inferior de la vagina será prolapso leve. En cambio, si sobresale de la abertura vaginal se trata de un prolapso moderado.
Según la gravedad del prolapso se usará el tratamiento más adecuado. En prolapso moderado se debe considerar la opción de cirugía siempre y cuando los riesgos de someterse a este procedimiento sean menores a los del prolapso.
En los últimos años, en cuanto a los casos severos, se han implementado tratamientos como las cintas anti-incontinencia a través de cirugías de mínima invasión en la clínica de distopias para tratar la incontinencia urinaria.
¿Qué lo causa?
Generalmente aparece después de la menopausia y en especial en quienes han tenido partos vaginales. Además, pacientes en situación de prolapso uterino leve no describen tener algún síntoma según médicos especialistas en la revista 'Reproducción Asistida ORG'.
Entre los factores de riesgo se encuentran los siguientes:
Vejez
Tos crónica o bronquitis
Ser hispana o tez blanca
Estreñimiento prolongado
Tumor pélvico (poco frecuente)
Levantamiento de objetos pesados
Niveles bajos de estrógeno debido a la menopausia
Sobrepeso: incrementa el riesgo si evoluciona a obesidad.
Parto vaginal: dar a luz a un bebé de peso y longitud elevada. Aumenta el riesgo si se trata de una mujer de mayor.
Reduce riesgos
Procura las siguientes recomendaciones para evitar sufrir un prolapso uterino:
Evita subir de peso: acude aun médico para conocer tu peso ideal, mejora tu alimentación e incluye actividad física en tu estilo de vida.
Ejercicios Kegel: consisten en contraer y relajar los músculos pélvicos de manera voluntaria para fortalecerlos. Realizar 10 contracciones al día de 10 segundos cada una .
Evita levantar objetos pesados. Si es necesario hacerlo, aplica técnicas adecuadas para no lastimarte.
Evita el estreñimiento: consume líquidos, vegetales y alimentos ricos en fibra para favorecer el tránsito intestinal.