Se abrió paso en la zona indígena de Durango y ya es licenciada
Abrirse paso en la zona indígena es muy difícil, pero si lo es para un varón, lo es aún más para una mujer como lo hizo Tania Gurrola Martínez, una joven de 22 años que desde los 16 decidió abandonar la región para conseguir su meta, ser profesionista, y hoy lo logró.
Tania es uno de los 43 graduados de la licenciatura en educación preescolar y primaria para la zona indígena, donde 38 fueron mujeres y solo cinco hombres.
Pero no fue fácil ni para ella ni para sus compañeras, varias de ellas ya son madres de familia que a pesar de tener hijos decidieron estudiar su licenciatura y la terminaron.
La licenciada Gurrola Martínez platica que para ella lo más difícil fue salirse de la zona indígena y venirse a Durango a seguir su sueño, ya estando en la ciudad de Durango fue más fácil abrirse camino.
Sin embargo, en la licenciatura a ella le tocó la pandemia del Covid y por esa causa se tuvo que regresar a su rancho en La Candelaria del Alto desde donde siguió estudiando con clases virtuales.
Sin embargo, a decir de su madre, la señora Imelda Martínez, las dificultades fueron muchas, primero porque en la sierra indígena no hay internet por lo que tuvieron que contratar un servicio satelital que les salió muy caro, pero Tania quería hacer la licenciatura y se pagó.
En más de tres ocasiones Tania estuvo a punto de tirar la toalla porque batallaba con el internet, seguido se perdía la señal o no había luz y se retrasaba con los trabajos por lo que se desanimó en varias ocasiones pensando que ya los maestros no le permitirían regresar por los días perdidos.
"Yo le decía que hasta que los maestros le dijeran que ya no puede entrar o que reprobara, porque muchos reprobaron y ella pensaba cada semestre que ya no entraba y si entraba, no la dejamos que se rajara", comentó la señora Imelda.
Tania reconoció que ahora es más fácil para una mujer de la zona indígena graduarse de una carrera, como ella de licenciatura en educación preescolar, pero existen otras que terminan otra carrera.
Aunque se lucha contra varios usos y costumbres de la región, pero también en estos tiempos los padres han aprendido que ya no tienen que dejar que el hijo varón sea el primero en todo y ya le dan el mismo espacio a la hija.
Esa barrera de primero el hijo y al final la hija ya no se vive mucho en las comunidades grandes, pero se sigue presentando en las comunidades más pequeñas y más alejadas.
También la realidad ha demostrado que el hijo hombre muchas veces se pierde en el alcohol y los padres empezaron en darle las oportunidades a las hijas.
"Ya los papás tienen las mentes más abiertas en la zona indígena, no descarto que siguen existiendo comunidades machistas pero cada vez son menos", comentó la joven profesionista.
Por lo pronto, Tania Gurrola Martínez, con 22 años de edad originaria de la zona indígena, ya es licenciada en educación preescolar y se encuentra lista para irse a dar clases a su pueblo, a la Candelaria del Alto para llevar a los suyos lo que ella ha aprendido en estos años de estudio.
Machismo
El machismo que existía en la zona indígena va desapareciendo; todavía en pequeñas comunidades se vive esa realidad.
Gradúan
Un total de 43 estudiantes indígenas se gradúan de licenciados en educación preescolar y primaria, 38 son mujeres.
Internet
Les tocó estudiar la carrera en tiempo de pandemia por el Covid, con clases virtuales y sin internet en la zona indígena, pero lo lograron.