El consumo de melón aporta agua, vitamina A, B, C y E, ácido fólico y fibra.
Generalmente, solemos eliminar la cáscara tras realizar el consumo de la fruta; sin embargo, es preciso matizar este aspecto y valorar la vida útil del melón, ya que la corteza y las semillas pueden tener también un uso a posteriori.
Si quieres saber más sobre los secretos de la cáscara de melón y cómo se puede emplear como abono orgánico, sigue leyendo y te explicamos con detalle todas las posibilidades que ofrece y de qué manera se puede emplear.
Uno de los secretos de la cáscara de melón es que reúne una serie de propiedades beneficiosas para la tierra y los vegetales. Para ello, selecciona un recipiente amplio donde introducir la tierra. Seguidamente, se ponen otros elementos que servirán para crear el compost: hojas, residuos orgánicos, aserrín, etc. Dentro de este abono, también se puede poner cáscara de melón, tratando de que quede la tierra entremezclada. A partir de ahí, se riega el contenido de la caja para que se incremente el nivel de humedad, pero sin que se llegue a encharcar.
Finalizado este proceso, se puede comprobar que la tierra, donde se ha realizado este abono, ha adquirido un tono marrón que se puede utilizar, precisamente, para nutrir y enriquecer los huertos o las plantas del hogar. De esta manera, se puede lograr un compost efectivo para que esté dispuesto en plantas y huertos. Se puede considerar un producto adecuado para favorecer el crecimiento de las plantas, hortalizas o verduras.
Por tanto, ¿qué beneficios proporciona la corteza de melón? Básicamente, ayuda a mejorar la absorción de nutrientes de la planta. Esta queda más enriquecida y se mejora su estado notablemente. A su vez, se le proporciona al suelo una mejora considerable de componentes elementales para su buen desarrollo. De este modo, no resulta necesario acudir a los fertilizantes químicos u otros componentes innecesarios que, al fin y al cabo, transforman el estado natural de la tierra de manera artificial.