
Zona del Silencio, un lugar natural
Uno de los espectáculos naturales con la capacidad para dejarte boquiabierto, es la lluvia de estrellas de las Leónidas en la Zona del Silencio. Tan sólo estar en un lugar donde la luz eléctrica no existe, voltear al cielo y ver una infinidad de estrellas tapizando el firmamento, es algo único y que rebasa las palabras. En esta ocasión queremos compartirte una propuesta de viaje para disfrutar de este espectáculo, tan sólo necesitas una buena chamarra y un "sí" interno para salir de tu zona de confort.
Puedes elegir entre acampar o dormir en habitaciones. La opción del camping es mucho más económica y además le agrega ese sabor de aventura a la ocasión, eso sí, prepárate para sentir el frío intenso en la noche; una tienda de campaña de 4 estaciones aliviará tus penas. Las habitaciones están prácticamente nuevas y son excelentes para personas con dolores físicos que pudieran impedirles dormir en el piso.
Nada como un buen guisadito, acompañado con tortillitas de maíz hechas a mano y un cafesito de olla para llenar la panza y empezar todas las actividades del día. Las ejidatarias de La Flor preparan los alimentos al momento: no podemos describirte el sabor del queso fresco o las tortillas de harina o las conchas de chocolate porque simplemente... ¡se nos hace agua la boca!
Comienza por explorar los senderos permitidos dentro del Bolsón de Mapimí. Una de las caminatas más tranquilas y realizables parte de la zona del camping hacia un monte que destaca en medio de la planicie. En el camino encontrarás un poco de la gran riqueza que la Zona del Silencio tiene en cuanto a flora y fauna, así que ¡ten mucho cuidado con cada paso! En la cima el espectáculo es maravilloso: el cielo se pinta de todos los tonos naranjas, amarillos, rojos, morados y rosas posibles, con el sol del fondo escondiéndose por el horizonte. Aprovecha para sacar tu cámara y practicar fotografía de atardeceres, o simplemente siéntate a contemplar y sentir la paz del paisaje.
Si creías que eso es todo, espérate, pues el atardecer apenas es un aperitivo. Conforme el sol se oculta, el cielo se oscurece y las primeras estrellas comienzan a surgir. En los primeros minutos el cielo se verá tan estrellado como puede verse en una metrópoli, y en las primeras horas de la noche comenzarán a vislumbrarse los nubarrones de estrellas que tapizan literalmente todo el cielo. Por donde te asomes, habrá estrellas, y en un coincidir de tu mirada y el mundo, podrás ver una estrella fugaz.