¿Adiós a la reelección?
La reelección es un principio que está muy presente en el imaginario colectivo de los mexicanos, desde el lema revolucionario de "Sufragio efectivo, no reelección", y las diferentes discusiones que han surgido sobre su utilidad, ya que definitivamente hay posiciones a favor y en contra.
Fue justo hace 10 años, con el ultimo cambio paradigmático en materia electoral cuando nuevamente nuestro marco jurídico permitió la reelección, o mejor dicho, la elección consecutiva de personas que estuvieran en cargos legislativos (diputaciones federales y locales, así como senadurías), y de integrantes de ayuntamientos (presidencia, sindicaturas y regidurías).
En el caso de los cargos legislativos, podrían llegar ocupar el cargo hasta por 12 años de manera consecutiva; por ejemplo, un diputado federal podría llegar a estar en 4 legislaturas. Por cierto, recordando las malas experiencias históricas, se dejó intacto el principio de que si alguien hubiera ocupado una gubernatura o presidencia de la república, ya no podría ocupar el cargo nuevamente.
Recientemente la reelección se pone de nueva cuenta a discusión, esto derivado de una próxima reforma electoral, donde la actual Presidenta de México se pronuncia por eliminar este principio, a lo que se agregaría la prohibición de que familiares directos de quien ocupe un cargo público lo sucedan en su encargo.
Por lo anterior, la pertinencia la discusión cobra especial relevancia, y resucitan los argumentos que se esgrimían hace 10 años; por ejemplo, los que estaban a favor de la reelección señalaban que profesionalizaba las carreras políticas, ya que motiva a los actores políticos a informarse y aprender sobre diversas materias, a mejorar su técnica legislativa y a trabajar con mayor eficacia y disciplina.
Además, inyecta estabilidad política y legislativa, incentiva la elaboración de proyectos de largo plazo, propicia una relación armónica entre funcionarios electos y cúpulas partidistas, favorece la independencia del Congreso frente al Ejecutivo y, sobre todo, exige la rendición de cuentas frente a los ciudadanos. Por otro lado, las que están en contra ven una oportunidad para el cacicazgo y el caudillismo, permitiendo el estancamiento de la clase política al no renovarse.
En el caso de Durango, actualmente tenemos 4 presidentes municipales y 6 diputaciones locales que están en elección consecutiva; además, a nivel federal, tenemos senadores en este supuesto. Es decir, en nuestro estado ya podríamos hacer un balance de si la reelección favoreció a una profesionalización de la función pública, de si hay una mejor rendición de cuentas y una mayor eficacia en su trabajo, o si, sencillamente, las bondades de la reelección no fueron tales.
Muy seguramente en este proceso electoral, tendremos el caso de miembros del Ayuntamiento que busquen una elección consecutiva, lo que conforme al marco jurídico actual es válido; aunque eventualmente pudiera aprobarse la eliminación de la reelección, al haber iniciando ya el proceso electoral local, seria totalmente atípico que las reglas del juego se modificaran una vez iniciado. Estemos atentos a lo que pase.
* El autor de esta colaboración es Consejero del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Durango (IEPC).
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