Autorizan la presa Tunal II, justo a tiempo
En Durango no hay una fecha específica establecida como "Día Cero" en el tema del agua; y si es que la hay, no la han dado a conocer públicamente. Lo que es real es que el último año nos ha enseñado que no debemos atenernos a las condiciones climatológicas para garantizar el abasto específicamente para consumo humano.
Tuvieron que pasar más de 40 años para que un Presidente de la República, y en este caso fue la primera Presidenta, confirmara públicamente la autorización de liberar recursos que permitan la construcción de la presa Tunal II; y fue durante la conferencia mañanera ofrecida este martes, donde Claudia Sheinbaum manifestó que trabajará de la mano con el Gobernador de Durango, Esteban Villegas, para la consolidación de este proyecto hidráulico en el municipio capitalino, así como en la electrificación de comunidades indígenas del municipio de Mezquital.
La importancia de tener la presa Tunal II es muy simple y vital: permitiría almacenar los escurrimientos que se generan por lluvia en las montañas de la Sierra del Nayar y la Sierra de Bayacora que caen hacia el Río Chico, y que terminan almacenándose únicamente en la presa Guadalupe Victoria. Es decir, habría un doble almacenamiento y, por lo tanto, doble aprovechamiento.
A su vez, la planta potabilizadora que se construye actualmente permitirá extraer el agua superficial almacenada en la presa Guadalupe Victoria y, de manera preliminar, garantizar el abasto de agua ya potabilizada a casi la mitad de la capital duranguense. Incluso ya se considera la manera de aprovechar también el agua que se encuentra en la presa Santiago Bayacora, la más grande del municipio, para cubrir la otra mitad que faltaría.
La implementación de este proyecto se ha planeado desde hace décadas, pero fue desde las administraciones de Ismael Hernandez Deras y Jorge Herrera Caldera, teniendo al propio Esteban Villegas como Presidente Municipal, cuando se dieron los primeros pasos para echar a andar un macrocorcuito de distribución de agua potable una vez que se tenga la presa Tunal II y la potabilizadora. Para eso instalaron macrotanques en puntos elevados de manera estratégica, y restarán otras instalaciones para continuar con esta estrategia posteriormente.
Hasta finales del mes de octubre, más de la mitad del territorio duranguense fue catalogado en condiciones de sequía extrema o excepcional; mientras que los pronósticos para la próxima temporada invernal no son muy alentadores en torno a posibles lluvias que pudieran permitir la recarga de los mantos freáticos del Valle del Guadiana, que cada vez se encuentran más estresados y es urgente que vuelvan a tener captación. Por lo que, aunque tardará unos años toda la fase de construcción de la presa, Durango recibió con beneplácito la noticia de su autorización desde la Presidencia.
No es secreto que la construcción de esta presa impactará en entornos naturales como el paraje de Tres Molinos y otros adyacentes, con su probable desecación. Todos los proyectos de este tipo generan consecuencias similares. Habrá que conocer si dentro del proyecto están documentadas otras afectaciones similares, incluso de tipo arqueológicos, como fue la construcción de la supercarretera a Mazatlán. Pero sin duda, son más las ventajas que acarrearía como el no tan simple hecho de asegurar la suficiencia de agua potable.
Mi experiencia como mexicano, como ciudadano y como periodista me han enseñado que, tratándose de promesas gubernamentales, hasta no ver no creer. Pero tratándose de un proyecto que tiene todos sus componentes listos desde hace años, no hay argumentos para que no pueda iniciar el próximo año 2025.
Aguas del Municipio de Durango ha manifestado que si no se toman acciones radicales de manera urgente, quedaría agua potable a libre demanda para la población para unos cuatro o cinco años. A partir de entonces iniciaría una racionalización como la que ya se aplica en ciudades como Tijuana o a la que tuvo que recurrir Monterrey hace poco. No sé si estemos a buen tiempo para recién iniciar con la construcción de la presa; pero tratándose de garantizar el abasto de agua para las futuras generaciones, más vale tarde que nunca.