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LETRAS DURANGUEÑAS

Bajo la luna de octubre

Bajo la luna de octubre

Bajo la luna de octubre

FCO. JAVIER GUERRERO GÓMEZ

En esta hora del décimo mes, cuando la noche está por dar su capa para embozar el final del día, las letras que traigo en la memoria fluyen sin diques, cual vetas que ensamblan en las minas. Es la cascada de la vida, sin pensar muchas veces recorren el papel donde antes hubo un coctel de medicinas. Los deseos entumidos por lo opaco de huesos cotidianos, golpetean las teclas ajadas que rechinan como si fueran de mi vieja Olivetti.

Por la fuerza arranca sonidos de difíciles engranes y encasillo con notas tal vez frágiles un inmenso rompe testas. Escribo lo que dicta la existencia, donde nada la tinta, este instrumento derribado por los tiempos, donde surge como un tallo nuevo, la computadora; así voy por mi rumbo sin voltear a conservar lo que ayer dijera solo voy adelante donde sueño con los personajes de Rodrigo Usigli. Nuevas vidas que pasan por la mente haciendo un mundo propio donde todo sin ayuda de nadie sucede.

Soy instrumento de vida que se agota y eso lo dice sin hablar siquiera el enredo de canas que coronan la cabeza hueca y corrompida. Esperanza de ser de tener hambre para retornar al mundo de los otros donde los equilibrios son instantes, tiemblan las manos y el deseo se extiende sobre los ojos llenos de preguntas. La nave sigue por la misma ruta como si navegara en el borde turbulento del remolino con que cruza el mundo.

Sopor de media noche y aún espero que llegue contra mí esa espina y me motive a conquistar la idea. Aquí voy ya sobre cubierta del buque vencedor de la tormenta, nadie detiene la osadía tan propia que es mi legajo, mi herencia y mi tesoro, no es nada nuevo lo que voy diciendo al correr de la pluma, todo es copia de las otras escrituras diarias.

Palabras nuevas, imposible, ya no existen. Entonces será mi intento vano lo que me dicta el duende que llevamos dentro, intranquilo y nos machaca a cada rato con su lanza para que sigamos escribiendo.

Sublime adoración buscar en las tinieblas de la imaginación y de la mente algo que se rescate y tenga vida, como se deja en el recuerdo el beso que por primera vez nos dio la amada. Siempre fiel a seguir en el camino donde se puede predicar sin esperanza palabras mágicas en tonos de oro, cofre escondido donde se proyecta la historia de cada uno y sus deberes, el dinero, el poder, toda mentira, solo el amor es lo que nos conduce por el camino absurdo del poeta. Hoy se alargan y sus piedras dicen lo que ha pasado en este siglo en que comprendí que todos somos un compendio de ideas y de secretos, de ilusiones, de sombras y de huesos por donde se amarran esos nudos con que pende el hilo de la vida.

Estoy a punto de cambiar mi sino por otro más intenso insospechado solo me aparta de este viejo tiempo quinientas noches con quinientos días. Mañana será un día más y tal vez nunca llegaré a la meta, mientras tanto el talento que heredé de mis mayores quede impreso en estas largas horas como escrituras de letras marginadas. Duras leyes que se escriben con sangre, soliloquios, eternos compromisos donde dada recodo del camino he logrado arrancar una página, como si fuera el diario de la vida, no tengo planes como en cada fecha de año nuevo que se deja antoja dejar plasmado un horizonte, soplo que jamás llega a cumplirse, porque los propósitos son sueños que al año nuevo o antes se olvidaron, por eso mejor espero el tiempo lo que depare este camino esta hora que puede ser la última y estas letras mi epitafio.

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