Candil de la calle...
El presidente López Obrador celebró la liberación de Julian Assange, fundador de Wikileaks, tras pasar cinco años en prisión. El periodista y activista de internet de origen australiano quien fue aprehendido por el gobierno de Estados Unidos por difundir documentos militares confidenciales. Lamentablemente, ese ánimo festivo para festejar filtraciones o reportajes de periodismo de investigación no es igual cuando quien los realiza son periodistas, intelectuales o activistas críticos a su gobierno.
Un día después de la liberación, López Obrador posteó: "Celebro la salida de Julian Assange de la cárcel. Cuando menos en este caso, la Estatua de la Libertad no quedó como un símbolo vacío; está viva y contenta como millones en el mundo". En su conferencia mañanera de nuevo mostró su beneplácito por la liberación de quien considera un referente y adalid de la libre expresión. Contó que le llegó a escribir cartas a los mandatarios estadounidenses Donald Trump y Joe Biden solicitando el indulto de este personaje y en donde le ofrecía también el asilo político en nuestro país.
El 16 de septiembre de 2022 AMLO invitó al hermano y al padre de Assange al desfile conmemorativo de la Independencia. En su discurso de ese día manifestó: "El Quijote de nuestro tiempo de la libertad de expresión y quien permanece injustamente encarcelado y desde esta plaza pública, la principal plaza de la República mexicana, nos comprometemos a seguir demandando su libertad". Días después, Carlos Loret de Mola dio a conocer las filtraciones de un grupo denominado "Guacamaya", producto del ciberataque más grave que haya sufrido el Gobierno de México en su historia, en específico la Sedena. Esas filtraciones en donde nos enteramos, entre otras cosas, de la frágil condición de salud de nuestro presidente, así como el hecho de que solo trabaja seis horas al día, no fueron bien recibidas por López Obrador, quien invocó al conservadurismo como los culpables de ese hecho.
El hoy difunto diputado Porfirio Muñoz Ledo no dejó pasar este acontecimiento y señaló en sus redes sociales: "Al regresar de un viaje de Belice y Perú, me entero que han sido hackeados los archivos de la SEDENA. Así como AMLO elogió en su momento a Julián Assange por una acción semejante, podría hacerlo ahora con Loret de Mola. ¿Por qué a los australianos sí y a los mexicanos no?"
Aunado a esto, la falta de congruencia en el discurso de quien celebra la liberación del "Quijote de nuestro tiempo de la libertad de expresión" que todos los días ataca y calumnia a periodistas e intelectuales críticos de su gobierno, valiéndose del aparato de Estado y de recursos públicos para hacerlo. Utilizando además a la Secretaría de Hacienda y a la Unidad de Inteligencia Financiera para presionar e investigar a críticos del régimen. Eso sin contar los 37 asesinatos de periodistas que han ocurrido en México en este sexenio. Y ni qué decir de la sección que creó en las mañaneras, los miércoles (¿Quién es quién en las mentiras?) en donde desestima información periodística para atacarla con "sus" datos.
Qué bien que el Presidente destaque la liberación de un periodista. Qué mal que no sea igual de solidario ni se esfuerce por brindar condiciones mínimas de seguridad a periodistas nacionales, sean afines o no con su Administración.
No se puede abordar un tema de libertad de expresión sin mencionar el tema de sendos pasacalles instalados en varios puntos de la ciudad con la foto del periodista Fernando Miranda, atravesada con el texto: Extorsionador. Desconozco y no me consta si el adjetivo empleado sea el que merece el personaje; en todo caso es un tema para dirimir por la vía legal, pero la acción o la omisión de la autoridad municipal crea un muy mal precedente. Cualquier ciudadano, sea o no periodista, corre el riesgo de padecer este tipo de señalamientos y ver vulnerados sus derechos. No normalicemos este tipo de acciones que entrañan intolerancia y autoritarismo.
@ferramirezguz