Carlitos Dickens en México
Charles Dickens fue un autor inglés famoso del siglo XIX, ganador del premio Nobel de Literatura y hoy muy reconocido y recordado en estas épocas navideñas por su libro "Un cuento de Navidad", publicado en 1843.
Además que, al leerlo, (yo lo hago todas las navidades) con una bebida caliente, que no supere los 38 grados Gay Lussac, "enrollado" en una frazadita y un gorrito de lana rojo, como el de Santa, te suaviza el corazón y manda a la famosa hacienda de Palenque todos tus problemas.
Narra el libro las peripecias del avaro Trump. Perdón... Ebenezer Scrooge , que esclaviza a su empleado Bob Cratchit , a quien le pagaba menos del mínimo y sufría de pobreza laboral, hasta que, al ser informado por los espíritus del pasado, presente y futuro, la víspera de Navidad, lo que podrían ocasionar sus ocurrencias, cambia de actitud y no solo reivindica a Cratchit y a toda su familia, sino que se vuelve un excelente vecino. Perdón... ser humano.
¿Algún parecido a nuestra situación actual? Si cambiamos los nombres en la historia: a Trump por Scrooge, a cualquier connacional que recibe apoyo social por Bob Cratchit, y a Adolfo Hitler, el Papa Francisco y Elon Musk, en lugar de los fantasmas de las navidades pasadas , presentes y futuras, ¿se imaginan la historia?
Les comparto cómo imagino una versión: a Trump, que nadie parece asustarlo hoy (bueno, la verdad, sí le tiene miedo a Putin y a Xi Ping), que se le aparezca Adolfo en la noche, mostrándole el problema en que se va a meter si sigue polarizando al mundo, y acalambrando a México, no es para horrorizar a pocos. Después de esta aparición y asimilar la situación, entra en razón, decide limitar el acoso a nuestros migrantes y apoyar el desarrollo e ingreso de su empleado Wilbur González (antes Bob Cratchit en el cuento original, y un inmigrante con papeles en esta historia). Luego se presenta Francisco I, envuelto en una capa blanca y entre la bruma, diciéndole que si no se porta bien y corrige a favor de todos el T-MEC, le reservarán un lugar "calientito" en el círculo 9, el más caliente del infierno de Dante. Y por último Mr. Musk, enfundado en un uniforme de Darth Vader, le comunica que él (sí, el mismísimo Elon) va a ser el siguiente presidente "del mundo", y le va a regalar de Navidad tres Melanias con control remoto; ahí sí se hincó y empezó a llorar diciendo: "Si con una no puedo, con tres, menos. Mejor firmo el T-MEC sin cambiarle ni una coma".
¿Cómo lo ven? El capítulo final del cuento versaría sobre cómo Trump viene a la CDMX a cantar villancicos con la Cámara de Diputados, firma el acuerdo comercial y baila un zapateado con Trudeau, le sube el sueldo a nuestro paisano más del 12%, hasta que sea suficiente para que compre una canasta básica, y a Musk lo manda a construir una base espacial en Timbuktú, una sonriente y arenosa ciudad de Mali, en la remota África, antes de que se le ocurra iniciar una campaña presidencial.
Y todos vivieron muy felices. Creo que estaría sensacional esta adaptación. Ojalá y pronto alguien lo convierta en guion y lo venda a Netflix en un sexenio de capítulos.
Les deseo una muy feliz Navidad en compañía de todos los suyos, llena de bendiciones, esperanzas y mucho amor.
Nos leemos pronto. Ánimo.