Entrevista: Consecuencias de vivir con prisa
Las prisas de la vida actual ya están pasando la factura a la población en detrimento de su salud física, mental y emocional, por lo que es prudente hacer una pausa y dedicar un momento a la reflexión.
México es de los países de la OCDE donde más tiempo se trabaja (lo que no impacta en la productividad); pero también está entre los que registran más estrés laboral por lo que a decir del especialista en psicología, Luis Manuel Naranjo, presidente del Colegio de Psicólogos, es necesario que se implementen políticas públicas para reducir la pesada carga, qué buena parte de los mexicanos enfrenta día con día.
Y es que, vivir con prisas implica un mayor riesgo de estrés crónico y ansiedad, lo que eventualmente podría estar asociado a otros padecimientos de salud como los trastornos del sueño y hasta el cáncer.
“De hecho este ritmo de vida es relativamente nuevo, podríamos decir que incluso la aparición de los relojes es relativamente reciente en el mundo, no tenemos más de 200 años con relojes, antes la gente no tenía el problema de llegar tarde, llegar temprano a tal lugar porque ni siquiera existía un reloj”, explicó.
Con la revolución industrial fue necesario ajustar las horas de producción, pero en la actualidad esto se ha vuelto un problema porque los seres humanos no estamos adaptados a este ritmo tan acelerado.
Adicionalmente, cada vez se adquieren más compromisos y más gastos; hay personas que tienen más de dos trabajos porque la vida es más cara. Además de que se tiene una expectativa de perfección en todas las facetas de la vida.
Esto provoca una mayor generación de estrés y una producción constante de cortisol, lo que impacta inclusive en problemas del sueño que, a su vez, tiene efectos en la producción de anticuerpos, el sobrepeso y el estado de ánimo.
“Una cosa lleva a otra: empezamos con el tema del tiempo y los relojes y terminamos con el tema de la ansiedad. Es como una bola de nieve”, alertó.
Ante ello, a decir del especialista, de manera preventiva es necesaria una adecuada gestión del tiempo, dormir más y mejor, el ejercicio físico, establecer prioridades, tomar las cosas con calma, hacer pausas para el descanso y la respiración, así como para la risa y actividades lúdicas. También es importante evitar el uso de las pantallas antes de dormir para un descaso óptimo. Y, en caso necesario, acudir al psicólogo para recibir atención. “Tenemos que entender que no tiene nada de malo ser imperfectos, el ser humano es imperfecto”, concluyó.