Cuidado con lo que pides
Hay que tener cuidado con lo que pides, no se te vaya a cumplir el deseo, más aún si el genio resulta un tanto perverso, nos enseñan las decenas de chistes que contamos sobre el mágico habitante de la lámpara maravillosa. Algo muy similar sucede en política. Los deseos expresados por los empresarios durante décadas parecen estarse cumpliendo y los más asustados con el resultado son ellos mismos. Valgan algunos ejemplos.
Durante años los empresarios alimentaron la idea de que había que eliminar los plurinominales. Hicieron una gran campaña contra la figura de representación proporcional, encabezada por el entonces conductor favorito de los organismos empresariales, Pedro Ferriz de Con. Todos los días juntaban firmas y había un empresario que opinaba en contra de la existencia de los diputados plurinominales con el argumento de que salían muy caros. Hoy que el presidente López Obrador propone eliminarlos ponen el grito en el cielo. Era una mala idea antes y es una mala idea ahora: los diputados plurinominales expresan la diversidad del país y lo que cuesten en mucho menos caro que la univocidad.
Durante muchos años, particularmente después del sexenio de Salinas, los empresarios argumentaban en contra de la creación de partidos políticos. Con dos basta, decían, como en Estados Unidos. Ellos se sentían a gusto e igualmente representados por el PRI y por el PAN. Hoy que el presidente López Obrador habla de dos bandos, liberales y conservadores, los empresarios llaman a eso polarización. Tienen razón. Un país diverso y plural no puede tener solo dos partidos ni dos visiones. Eso era tan cierto antes como lo es ahora.
En no pocas ocasiones las cámaras empresariales se posicionaron en contra de los amparos que detenían las obras. Los intereses de unos cuantos no pueden estar por encima del todo el país, argumentaban y se quejaban de las suspensiones que los jueces y magistrados daban a comunidades afectadas por grandes obras de infraestructura hidráulica o carretera que les afectaba. Hoy tienen claro que cuando el gobierno pasa por encima de los derechos de las personas y comunidades necesitamos un Poder Judicial que le exija a los gobernantes en turno que cumplan la ley, y que ante todo se respeten los derechos sociales.
Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. La Comisión Nacional de Derechos Humanos fue objeto de todo tipo de denostaciones por parte de los organismos empresariales. Lo menos que dijeron es que defendía delincuentes, cuando no que representaba agendas ideológicas de grupos internacionales. Hoy la CNDH es un desastre, el gobierno de Morena la destruyó y no hay una voz que haga frente a los abusos del poder.
Lo que da certeza a un país a largo plazo son sus instituciones democráticas. Hay que defenderlas no cuando nos conviene sino incluso cuando su existencia parece estorbarnos. Las democracias no se construyen en un año ni en una década, sino a lo largo de los siglos. Como dijo alguna vez el ex primer ministro británico Gordon Brown, en eso de la democracia los primeros 400 años son los más complicados.