De política y cosas peores
Llegó a su término el trance de erotismo en la habitación número 210 del Motel Kamawa. Llorosa y compungida ella le dijo a él: “Si fueras un caballero no me habrías pedido que hiciera lo que me hiciste hacer”. Replicó él: “Y si tú fueras una dama no me habrías cobrado”. Lo peor que le pudo pasar a México fue la llegada de Morena al poder. Me sorprende y me irrita que haya quienes defienden a ese régimen que ha hundido a nuestro país. Es imposible que esa defensa esté fincada en la razón. Generalmente su base es la ignorancia. En las personas ilustradas sólo se explica por un ciego dogmatismo o de plano por venalidad. La nueva mafia del poder ya tiene tufo de hedentina. El pleito de jayanes entre Monreal y el otro López; el caso de Yasmín Esquivel, atentatorio contra la autonomía de la UNAM y contra la transparencia en los asuntos públicos; la intentona, aún no disipada, de robar el dinero de los trabajadores depositado en el Infonavit; todo eso habla de una descomposición en el régimen creado por López Obrador, y es muestra de la anarquía y manipuleos que privan lo mismo en la cosa pública que en el partido oficialista. No dudo que haya en Morena gente bien intencionada y consciente de la situación. La Presidenta Sheinbaum misma ha dado señales, siquiera sean tímidas y vacilantes, de querer cambiar algunos de los malhadados usos y nocivas costumbres de su antecesor. Sin embargo, el cúmulo de males que el país padece exhibe la nefasta herencia recibida por la actual Presidenta y continuada por la camarilla morenista. En mala hora se hizo del poder esa cáfila que reproduce los peores vicios de la dominación priista sin guardar las formas que entonces se guardaban y sin la eficacia de la llamada familia revolucionaria. Otra familia, en el peor sentido que los mafiosos dan a esa palabra, se apoderó de México por la vía de la democracia y la ha destruido para implantar en su lugar una kakistocracia, que así llamaban los antiguos griegos al gobierno de los peores. El orden jurídico y las instituciones autónomas siguen bajo el asedio de quienes han desvirtuado la Constitución y han hecho de ella un batiburrillo de necedades que atentan lo mismo contra el estado de Derecho que contra la razón. Lo peor de todo es que este nuevo régimen tan viejo amenaza en convertirse en dinástico, en una monarquía hereditaria presidida por la sombra del caudillo y cuya duración, todo lo indica, será igual o mayor que la del PRI. Así las cosas, urge la participación de los buenos mexicanos, incluidos los de buena voluntad que militan en Morena, a fin de evitar que nuestro país caiga de plano en una dictadura, extremo al cual se está acercando peligrosamente. Y más no digo, porque ya estoy muy encaboronado... Babalucas y su mujer iban a salir de viaje. La señora comentó: “En el hotel al que vamos a llegar la habitación incluye dos niños gratis”. El badulaque se atufó: “¿Y pa’ qué chingaos queremos dos niños gratis? Ya tenemos cuatro”. El cuento que cierra hoy el telón de este artículo contiene una alta dosis de sicalipsis. Las personas con escrúpulos morales deben abstenerse de leerlo, y pedirle a alguien que se lo lea. En la Feria Ganadera una mujer especializada en ganado bovino podía adivinar la procedencia de cualquier toro con sólo tocarle los testes, dídimos o compañones. Tras realizar el dicho tocamiento decía sin vacilar: “Este toro es de Estados Unidos. Éste de Suiza. Éste de Canadá.”. Un individuo que vio eso se admiró sobremanera. “¡Qué maravilla! -exclamó lleno de asombro-. ¡En mi pueblo no me van a creer esto!”. Preguntó la mujer: “¿De dónde es usted?”. Respondió el tipo: “Adivine”. FIN.