Carretera. Casi llegando a Santa María de Ocotán, pasajeros del autobús que se dirigía a Durango capital ayudaron a despejar el camino de piedras y tierra para poder continuar.
El mal estado de algunas carreteras en comunidades de la Sierra de Mezquital se ha incrementado con las lluvias, hasta el punto que por los derrumbes hay tramos en que no hay rastro del camino.
Un ejemplo de ello es el tramo de La Guajolota a Durango, que antes de llegar a la comunidad Santa María de Ocotán presenta derrumbes de diferentes magnitudes que dificultan el tránsito para todos los vehículos.
En este tramo los habitantes de la zona denuncian que parece "arroyo más que carretera" y de hacer menos de 10 minutos entre las comunidades, se tardan hasta 40 minutos por los obstáculos.
Aunque hay pavimentación en la mayor parte, está totalmente destruido.
Cuando se presenta una situación, así son los propios comuneros quienes se ponen de acuerdo para quitar las piedras, las más pequeñas con las manos; en el caso de las grandes, las arrastran con camionetas.
Tienen que improvisar porque si esperan a que lleguen las autoridades, pasarán días o hasta meses.
El riesgo es mayor al transitar en partes de la carretera que están pegadas a voladeros, porque es necesario esquivar.
Hasta para las rutas de camiones que salen desde La Guajolota a la capital, en el camino tienen que librar diferentes problemas, donde los pasajeros colaboran para poder continuar su viaje.
Además de las piedras por los derrumbes y las montañas de tierra, en otras partes hay hoyos que provocan la ponchadura de llantas, algo que también deben enfrentar.
El daño a las unidades es para todos los que circulan por ahí; no importa si son camiones, camionetas o carros, pues la afectación es general. Habitantes reportan otra rúa importante, que es Mezquital-Temoaya- Santa María, donde el mal estado hace que el tiempo de traslado también sea