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Dios los ampare

No hagas cosas buenas…

Dios los ampare

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ENRIQUE IRAZOQUI MORALES

Corro al google y pregunto: ¿qué distancia existe entre las capitales de Coahuila y de Guerrero? 1,135.5 kilómetros. Sentí alivio. No conforme, ahora tecleo Torreón para conocer la distancia que hay entre la Perla de La Laguna y Chilpancingo: 1,285 kilómetros. Cuanto mejor. Más allá todavía. ¿Cuánto hay de Durango capital a Guerrero? 1,183 kilómetros. Parece que estamos salvados

El desgraciado estado de Guerrero ha vivido unos últimos días sumidos en la violencia que campa a sus anchas por el crimen organizado - y por el crimen de medio pelo, ahí cualquier cobarde que empuñe un arma somete a la indefensa población general, que ni remotamente cuenta con un Estado defensor-.

La escalada de presión en Guerrero tras el homicidio de normalista Yaqui Kothan a manos de la policía ha provocado los primeros costos políticos. La gobernadora Evelyn Salgado anunció este jueves a mediodía que aceptaba la renuncia tanto del secretario de Seguridad de Guerrero, Rolando Solano Rivera, como del secretario de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso. La Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa ha vuelto a ser el epicentro de la protesta social en el estado. El homicidio del normalista y la fuga del principal sospechoso, un agente de la Policía Estatal, encendieron la indignación y han puesto bajo escrutinio la capacidad de las autoridades ante la crisis de inseguridad que atraviesa la entidad, una de las más golpeadas por la violencia que arrasa al país.

Lo más terrible de todo esto es que Guerrero es un estado fallido, está condenado a la miseria y si acaso Acapulco logra levantarse luego de la devastación que causó en octubre pasado el huracán categoría cinco de nombre Otis, apenas alcanzará para la sobrevivencia.

Estado sureño gobernado otrora por los caciques del viejo PRI y ahora entregado a Morena, o peor aún, a un sujeto de nombre Félix Salgado Macedonio que luego de verse impedido de convertirse en gobernador de ese pobre estado por haber estado acusado de violación de mujeres, le alcanzó el capital político para impulsar a su hija, Evelyn Salgado, para el cargo de la primera magistratura de esa entidad federativa, Guerrero vive en sus peores días.

Hundida su economía que reporta un producto interno bruto per cápita de apenas un 60% de lo que gozan los durangueses (que ya es decir, Durango está lejos de ser una potencia económica en el contexto nacional) o casi un tercio de lo perciben los coahuilenses, su destino parece sellado.

Es realmente trágico, pero quizá es tiempo también de aceptar la realidad que no es justo tener que seguir soportado lo que los criminales pueden hacer en rumbos como los guerrerenses, todo por la política de "abrazos, no balazos". No es justo tener que apiadarse de primera por los resultados de vida de un estado que ha decido entregarse en manos de los Salgado Macedonio y camarilla sin que tengan que afrontar consecuencias.

Nadie se merece vivir lo que hoy están padeciendo los guerrerenses, pero hay que ponerle cuidado. Como coahuilense, duranguenses o laguneros, debemos aquilatar la seguridad pública con la que acá se vive, aun con sus asegunes. Ser conscientes que prosperar a largo plazo no tiene otro camino que el trabajo y la inversión; y el respeto de la ley.

Más de mil kilómetros nos separan afortunadamente de nuestro hermano estado de Guerrero, tan mexicano como nosotros. El primer polarizador de los mexicanos, el presidente Andrés Manuel López Obrador, nos fuerza a reconocer que se prefiere la distancia. Ni Coahuila ni Durango tienen el bellísimo mar de Acapulco, pero más vale que así sea si el costo es tener la vida que padecen los guerrerenses. Dios los ampare.

Escrito en: No hagas cosas buenas... estado, Guerrero, Durango, kilómetros.

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