Esperanza. Se hizo referencia a que se debe llevar esperanza a quienes enfrentan adversidades.
Luego de una peregrinación por el primer cuadro de la ciudad de Durango, se llevó a cabo una misa especial en Catedral, con motivo del inicio del Año Jubilar de la Esperanza, presidida por el arzobispo Faustino Armendáriz Jiménez, en el marco también del Día de la Sagrada Familia.
Durante su mensaje, el arzobispo se refirió a un pasaje en el que José y María perdieron de vista a su hijo y enfatizó que "no podemos olvidar la realidad social de nuestro pueblo mexicano, así como María y como José, hay muchas familias enlutadas, con angustia, porque hay muchos hijos, cientos, miles de hijos desaparecidos, de familiares desaparecidos y lo más triste de esto es que nadie los busca, solamente la familia".
En el año de la esperanza, llamó a ser sensibles de las situaciones dramáticas que vive la población en México, "desde el hambre, desde la inseguridad, desde la violencia y seguimos con la percepción de que no se actúa. Para afrontarla y contrarrestarla, los pocos esfuerzos que se hagan den fruto pero también nosotros como sociedad mucho podemos lograr incentivando la esperanza entre quienes sufren".
Asimismo, dijo que es tiempo de solidaridad entre las personas y que la Iglesia debe salir y ser misionera, preocupada por los demás. Pidió también que no se pierda la esperanza, ante la adversidad.
"Que las situaciones desafiantes que vivimos en la sociedad no nos desanimen como seres humanos pero, sobre todo, como hijos de Dios para hacer lo que cada uno de nosotros tenga que hacer"
Llamó a que, en el año de la esperanza, cada persona se cuestione cómo actuar y qué es lo que se debe hacer. Refirió que el Papa Francisco llamó a organizar protocolos y caminos como los conversatorios por la paz, ya que "orar por la paz es el primer gesto y el primer reto que él nos pone".
Asimismo, se debe trabajar por los jóvenes, para alentarnos a no perder la esperanza. Que sean escuchados y escucharlos a ellos también. Que la atención a los enfermos sea una realidad y que se atienda a los adultos mayores, así como estar atentos de quienes van de paso: los migrantes. Exhortó a salir a donde las personas están sufriendo, a los hogares donde hay necesidad y dolor, no solamente en Navidad, sino todo el año.
Inauguró así el Año de la Esperanza haciendo referencia a que la única esperanza en México no es alguien humanamente hablando, sino Cristo.
