El gran tema pendiente en Durango que podría cambiarlo todo
En Durango, hay temas urgentes que requieren no solo de capacidad y buena intención de los gobernantes, sino de habilidad y liderazgo estratégico para la construcción de un mañana más sostenible, inclusivo y solidario.
La planeación es considerada una poderosa herramienta para impulsar el crecimiento a corto, mediano y largo plazos de empresas, países o regiones. En temas de gobierno y políticas públicas es fundamental para, al menos, perseguir objetivos claros y asequibles.
En nuestro estado ya se lleva a cabo un proceso de planeación gubernamental; esta se realiza en el mediano plazo, con un máximo de seis años dada la duración de los periodos de gobierno. Sin embargo, el impulso para el desarrollo de industrias estratégicas, y grandes obras de infraestructura, generalmente requieren periodos más largos.
Ante lo mencionado, existe una justificación para realizar planeación más allá de un periodo de gobierno, pues este tipo de planeación no solamente permite elaborar una visión de más largo plazo en el desarrollo económico y de infraestructura, sino que permite generar presupuestos que puedan ejercerse más allá de un ciclo presupuestal.
Aunado a lo anterior, de acuerdo con el informe del Diagnóstico PbR-SED 2024, emitido por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con respecto a la planeación, se presentó un avance a nivel nacional de 91.2% en promedio. Durango, particularmente, presentó el 68.2%, con lo cual se posiciona como la tercera entidad federativa con peor resultado en el avance en materia de planeación.
Como dato adicional, existe para Durango un marco relativamente robusto y una Ley de Planeación del Estado vigente desde 1987, pero esta instrumentación no ha logrado ser protagonista en el quehacer público, el desarrollo económico y la política social del estado, dado que la tendencia ha sido constante, pero en sentido contrario a lo esperado.
Por último, y no menos importante y a la vista de todos, es que la economía duranguense está ligada a actividades productivas poco complejas, poco dinámicas y con escasa productividad, que en parte se debe a que se ha carecido de una estrategia de desarrollo regional integrado y de largo plazo y, por otra parte, han sido insuficientes los esfuerzos de gobiernos e instituciones para dar curso a un nuevo desarrollo.
Lo anterior se ve reflejado en los indicadores económicos; por ejemplo, desde el segundo semestre del 2021 las exportaciones se han desacelerado y por periodos ha tenido cambios porcentuales negativos en comparación con periodos inmediatos pasados; por su parte, de 2016 a 2022 la población en situación de pobreza se redujo en poco menos de 3%, esto impulsado en gran medida por diversos programas sociales federales de transferencias directas.
Durango está posicionado en el lugar 17 de las 32 entidades federativas, con un nivel de competitividad media baja, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). En los últimos 15 años (2007-2022), la economía duranguense creció en promedio 1.4% por año, con lo que ocupó la posición 21 de entidades federativas. Al tomar en cuenta únicamente la última medición (2022), Durango fue la segunda entidad con menor crecimiento del PIB estatal, con una disminución del 1.1%. El PIB per cápita ocupa la posición 20 en el ámbito nacional.
Sin duda, la experiencia en la gestión pública y política son herramientas y habilidades importantes en una buena administración pública, pero en una administración sobresaliente, esta se coordina con perfiles idóneos para diseñar e implementar una visión económica de largo plazo que propicie el éxito en una economía, como ya ha sucedido en otras regiones del país y del mundo.
En este sentido le vendría bien a Durango una nueva propuesta de Ley de Planeación que busque consolidar y utilizar mecanismos de forma integral que permitan aprovechar las oportunidades económicas, sociales, culturales, políticas y naturales del estado de Durango.
Planear no solo se basa en establecer objetivos a corto, mediano y largo plazo, sino en tener una visión estratégica orientada hacia un desarrollo integral, equitativo y sostenible.
* La autora de esta colaboración es Presidenta del Colegio de Profesionales de la Economía del Estado de Durango, A.C.