El niño viejo de Durango: el bebé que habló a los 4 días de nacido
El folklore de leyendas y mitos urbanos del estado de Durango es muy extenso, aunque muchas de estas no son muy conocidas por la población en general, o han sido enterradas por el paso del tiempo.
Una de esas es la famosa leyenda del 'Niño Viejo', un caso insólito en el cual un infante recién nacido comenzó a hablar de manera fluida a tan solo 4 días de haber nacido; ¿qué es de esta leyenda? Aquí te contamos.
El insólito suceso
La historia varía dependiendo de la fuente, pues algunos afirman que esto sucedió en las épocas de Independencia, otros durante la Revolución Mexicana y otros lo ponen tan contemporáneo como la década de los 70.
Aun así, la versión más aceptada suele ser aquella que data de inicios del siglo XIX, en la que el infante nació en el municipio duranguense de Santiago Papasquiaro; el niño nació con normalidad y todo fue en orden hasta, precisamente el cuarto día, cuando una de las hermanas de este salió corriendo espantada con su mamá, a la cual no le dijo nada y solo se limitó a señalar al cuarto de su hermanito.
Madre e hija se acercaron y, de manera increíble, se acercaron al recién nacido, quien pronunció de manera clara y firme con una voz grave:
“No des tan recio a la cuna que me duele la cabeza”
La pequeña, con ojos llorosos, observó a su progenitora, quien, pálida por el miedo, decidió salir corriendo junto con ella en busca de ayuda.
Caza de brujas
La madre acudió a la iglesia local para contarle al cura sobre lo sucedido, quien simplemente se limitó a reír, pero aun así accedió a ayudar a la madre con lo sucedido; mayúscula fue su sorpresa cuando al observar detenidamente al bebé, este último le respondió: “Señor cura, me duele la cabeza, no meza la cuna, ni tampoco que la meza el alcalde ni nadie”.
El susto fue mayor, y tan insólito fue, que el alcalde de la zona, en conjunto con diversos pobladores de la zona, fueron a observar al infante, y al escucharlo repetir la misma frase, fue el mandatario quien tomó la decisión de mandar a degollar al pequeño, y ahí fue cuando, acompañado de una voz grave y con una voz sumamente rasposa, soltó una frase que dejaría a todos los presentes con la sangre helada.
“Degollaron al cura Hidalgo que era más inocente que yo, y no falta mucho para que conmigo hagan lo mismo”
Los presentes decidieron huir ante tan dantesca situación y dejaron al recién nacido a su suerte para jamás volver, en donde jamás se volvió a saber de este mismo o a escucharlo.
Pese a que esta es la resolución que generalmente muchas personas le dan a la historia, otros declaran que el alcalde de Santiago Papasquiaro se impactó tanto por lo sucedido, que habló con Bernando Bonavía, gobernador del estado de Durango en dicha época, quien tomó la drástica decisión de fusilar al niño a sangre fría.