El Poder oculto de los abuelos
Somos 1,500 millones de abuelos en el mundo, el 20% de la población total y, que yo sepa, no nos celebran con un día especial como a las madres; bueno ni como a los papás, que poco los festejamos. Un mensajito y nada más.
En 1960 éramos 500 millones de abuelos y la ONU proyecta cerca de 2 mil millones en el año 2050. Por supuesto el número superará a los menores de 15 años. ¿Estaremos preparados para resolver este problema?
Será entonces, en el 2050, un mundo presionado por generar recursos para pagar las geométricamente crecientes pensiones, un bono demográfico agotado, más impuestos y cierto control de la vida cotidiana por la Inteligencia Artificial; un mundo medio caótico, ¿no creen?
Ojalá y no se parezca mucho a las predicciones que hizo el escritor George Orwell en su novela 1984, sobre la vigilancia del Big Brother. Afortunadamente no sucedió lo esperado por George hace 40 años, pero queda el concepto y su visión como una espada de Damocles, pendiendo sobre este futuro que algunos consideramos con cierta posibilidad de suceder.
En nuestro hermoso país la vida promedio ha crecido de 52 años, en 1960, hasta 70 años en 2023, y aunque ha disminuido el número de niños por familia, de 5.4 a 2.4, según el censo de 2020 del INEGI, hay más abuelos por niño.
En China el gobierno comunista implementó una política de un solo niño por familia; el resultado fue 4 abuelos, 2 padres y un niño. Pues por eso ya cambiaron en 2021 a 3 niños (y parece que 1 de cada 3 ya está trabajando en un centro comercial chino en Tepito o en Durango).
Un estudio de la revista The Economist, en el Reino Unido, reveló que este número creciente de abuelas principalmente, serán los artífices de un impulso al crecimiento de la fuerza laboral productiva, en especial en países como el nuestro, al permitir incorporar a muchísimas mamás que estaban en espera de una oportunidad de trabajar sin preocuparse por una guardería cerca o un vecino que les cuide a sus niños. Mejor la abuelita, por supuesto.
Tal parece que este aumento de adultos mayores tiene un poder oculto para compensar los esfuerzos del entorno para pagar sus pensiones. Para empezar, ayudaremos a combatir la discriminación por género en los trabajos, al permitir que el talento de las mujeres se desarrolle en la economía y no solo en la cocina; seguro que se cerrará la disparidad en los salarios entre hombre-mujer y además tendremos una generación de jóvenes más competitiva y buena, pues el mencionado estudio dice que, al cuidado de los abuelos, los niños aprenden más y desarrollan mejores valores.
Entonces esa temida tercera edad, que cada vez se actualiza al alza (antes 65 años, hoy 60 años), es por si sola una chispa que apoyará y detonará el crecimiento, el desarrollo y la generación de riqueza, y costará muy poco mantener la llama viva.
Con todas estas reflexiones, ¿no deberían los gobiernos modificar un poco sus políticas y no solo apoyarnos con dádivas económicas (que claro que ayudan), sino con programas de capacitación e incorporación a la vida económica; a crear espacios para ejercicio físico y mental, que nos hagan sentir orgullosos que somos parte del desarrollo de nuestra tierra?
El Poder de las Canas está Vivo.
Ánimo