Asistencia. Con una agenda limitada, el rey decidió asistir al homenaje a los soldados británicos.
El rey Carlos III llegó al norte de Francia para honrar a los 22 mil 442 soldados británicos que murieron en la batalla de Normandía.
También asistió para honrar a una generación que se sacrificó, luchó, murió y esperó durante cinco largos años de guerra, y luego envió a sus más jóvenes y valientes a abrirse camino en las playas de Normandía y luchar contra el fuego de las ametralladoras y las ráfagas de artillería para comenzar la invasión del Día D de la Europa ocupada por los nazis el 6 de junio de 1944.
Por ello, Carlos agradeció a los soldados y a sus camaradas desaparecidos durante las ceremonias en el recién terminado Monumento a Normandía Británica, con vistas a las playas donde desembarcaron los soldados británicos hace 80 años.
“QUÉ AFORTUNADOS FUIMOS”
"Hace 80 años, el Día D, el 6 de junio de 1944, nuestra nación, y aquellos que estuvieron a su lado, se enfrentaron a lo que mi abuelo, el rey Jorge VI, describió como la prueba suprema", dijo Carlos. "Qué afortunados fuimos, y todo el mundo libre, de que una generación de hombres y mujeres en el Reino Unido y otras naciones aliadas no se inmutaran cuando llegó el momento de enfrentar esa prueba", añadió.
41 soldados de esos veteranos, con medallas prendidas en sus chaquetas, fueron invitados de honor, sentados a la sombra de columnas de arenisca con los nombres de todos los que murieron bajo el mando británico en la Batalla de Normandía. Cuatro contaron sus historias, incluido Joe Mines, quien cuando era un soldado de 19 años tuvo la tarea de limpiar las minas de las playas cercanas el Día D.
Con esta participación, el rey vuelve lentamente a sus deberes públicos después de haber estado fuera durante tres meses tras su diagnóstico de cáncer. Si bien los médicos están alentados por su progreso, Carlos todavía recibe tratamiento y su horario se ajustará según sea necesario para proteger su recuperación, dijo el Palacio de Buckingham el mes pasado.