Edson Alvarez del West Ham. (EFE)
Incapaz de ganar un partido oficial en 2024, el West Ham sumó otro pinchazo más desde que comenzó el año tras caer 2-0 en su visita al Nottingham Forest para desaprovechar la derrota del Tottenham ante el Wolves (1-2) y mantenerse a once puntos de la zona europea prácticamente inalcanzables
La misión continental del West Ham empieza a ser imposible. Sigue a once puntos de distancia. Pudieron ser ocho, pero no aprovechó el tropiezo de uno de los principales candidatos a pasear su nombre por el continente la próxima temporada y dijeron prácticamente adiós a un objetivo que empieza a ser una quimera.
El West Ham se ha ganado a pulso estar en esta situación. Sobre todo en las últimas jornadas: en la Premier League acumula tres derrotas seguidas y un total de cinco partidos sin ganar. Con esos números y con ese bajón, ha tirado por la borda sus opciones europeas desde que empezó 2024.
En esta ocasión, fueron los goles de Taiwo Awoniyi y de Callum Hudson-Odoi, ambos en el tiempo añadido de cada parte, los que acabaron con un equipo que jugó con un hombre menos desde el minuto 71 por la expulsión con doble cartulina amarilla de Kalvin Phillips. Fueron la puntilla a un inicio de año terrible del West Ham, que, además, se quedó sin Copa de Inglaterra tras caer ante el Bristol City. Al West Ham no le sentaron bien las navidades.