Emergencia
El motivo central es la desesperación. Si estuviéramos viviendo tiempos de normalidad democrática, no haría falta. Las autoridades atenderían a las razones sustentadas, a la ciencia, al sentido común.
No se sentirían acosadas por las diferencias de criterios, no atacarían a periodistas y medios. No hablarían de mil complots, de intrigas que buscan derrocarlos. Pero proponen una reforma a los medios para "acotar la infodemia", o sea una epidemia de información que ellos consideran falsa. No culparían de sus irresponsabilidades a una "comentocracia inescrupolosa". ¿Escrúpulos?, cuando desde hace cinco años utilizan todas las mañanas millonarios recursos públicos para imponer su verdad, que se reproduce a lo largo del día en muchos espacios informativos -muchos amenazados por ellos- cerrando la discusión del juego democrático. ¿Escrúpulos?, cuando son ellos los que anclan a sus voceros en la radio y la televisión. ¿Escrúpulos? Pero si en redes sociales circula la imagen del enorme cuarto donde cientos de personas pagadas por ellos manipulan miles de celulares, bots, para sesgar las redes y la opinión ciudadana.
Si no estuviéramos en una emergencia, podríamos dormir tranquilos sabiendo que nuestras libertades están garantizadas, pero resulta que proponen ampliar la prisión preventiva oficiosa, una figura condenada en la doctrina, remitida a ser excepción, tal y como lo establecen los acuerdos internacionales firmados por nuestro país. Pero cómo dormir tranquilos cuando también pregonan la necesidad de elegir y politizar la designación de ministros y que con sólo cuatro ministros validarían una norma y además eliminan el amparo como recurso. Cómo dormir tranquilo cuando en el llamado "Viernes negro" -28 de abril- aprobaron una docena de reformas sin respetar el proceso legislativo, algo grotesco. Ni tiempo tuvieron los legisladores de hojear las iniciativas, ¿queremos que se legisle así? Es una emergencia, porque el poder es para ellos un botín, como queda claro en los cientos de asignaciones directas a empresas fantasmas que, casualmente, siempre están vinculadas a familiares o amigos. Si, es una emergencia.
Lo es porque han entregado a las Fuerzas Armadas cientos de funciones que corresponden a los civiles, eso se llama militarización. Y la pregunta que muchos se hacen, ¿hasta dónde ya están coludidas en los puertos, en las aduanas, en los aeropuertos?Emergencia, porque las fosas clandestinas se multiplican, porque los asesinatos de cuadros políticos sólo ascienden, porque hay zonas del territorio nacional perdidas, o entregadas al narco. Porque en la época en que todo es mega, ahora nos enteramos de los "megalaboratorios" que operaron por largo tiempo sin que nadie se diera cuenta y, de pronto, los descubren, pero no hay detenidos. Emergencia, porque los muertos del sexenio por homicidio doloso, ya son récord y el presidente quiere compararlos con los infartos. Porque es una burla sistemática la cantidad de mentiras con las que nos gobiernan. Porque la inseguridad está en todo el país, en la carretera de la capital a Cuernavaca y a Querétaro. Porque todos los días hay atracos a transportistas que gritan su realidad y no encuentran respuesta de las autoridades. Tiempos de horror, porque los feminicidios son negados y continúan, porque los niños con cáncer primero reciben ayuda de "Nariz roja" que de las autoridades.
Emergencia porque el aparato educativo está destrozado y ya no tiene como misiónformar ciudadanos que respeten a sus conciudadanos, sino que sigan la sabiduría innata, una ideología. Porque desde el primer día se han burlado de la ciencia y han cometido el peor ecocidio del país. Porque a diario, en su afán de no reconocer la crisis energética, queman combustóleo que enferma a toda la población, pero en particular a los niños ya los mayores.
La emergencia está más allá de derecha o izquierda, por desesperación, es tiempo de ir -como ciudadanos- a la concentración.