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¿Extrema derecha en Francia?

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¿Extrema derecha en Francia?

¿Extrema derecha en Francia?

ENRIQUE SADA SANDOVAL

Durante las últimas dos semanas, la mayor parte de los medios de comunicación globalistas se dedicaron con muy particular énfasis a hablar de un muy posible avance de aquello que de común acuerdo han venido a denominar como el avance de "la extrema derecha en Francia".

Ante el escenario natural, como suelen ser las elecciones libres en uno de los países más civilizados del mundo como lo es Francia, desde el esquema que todavía subsiste como parte de ese mosaico bizantino y cada vez más autofragmentario que es la Comunidad Económica Europea, llama la atención como lo que ocurre allá puede llegar a convertirse en una especie de grito de alarma para el resto de los países integrantes que se mantienen representados desde aquel organismo supranacional desde la cantaleta ideologizada de una pequeña élite identificada con la extrema izquierda y que, de manera dictatorial, pretende imponer su capricho desde Bruselas, sin atender las realidades y las necesidades graves que sus países miembros enfrentan desde su propia inmediatez.

Lo anterior se ha venido palpando incluso dentro y fuera de la capital del país desde que se hicieron sentir los estragos de las políticas públicas impuestas por el Premier Emmanuel Macron como lo ha sido desde el permitir la violencia y la inmigración desmesurada por parte de estos últimos durante su mandato; caracterizado por la quema de iglesias y ataques contra sacerdotes y ciudadanos por parte de extremistas mahometanos que han sido acogidos de manera por demás irresponsable en aquel país-al grado de poder situarse por encima de la libertad y derechos de los ciudadanos franceses en general-al igual que la elevación de rango de edad para poder acceder a un jubilación digna, lo cual ocasionó estragos tanto como protestas públicas lo mismo en París que en otras regiones en su momento.

Ante este escenario y frente al temor de perder el poder, Macron convocó a una coalición desesperada de múltiples partidos socialistas y de extrema izquierda (que sí existe) bajo lo que vino a denominar como el "Nuevo Frente Popular" para poder enfrentarse al liderazgo de Marine Le Pen y su Partido de Centro-Derecha que es la Agrupación Nacional (anteriormente el Frente Nacional) con el joven Jordan Bardella como candidato del mismo.

Al darse los resultados en favor de la nueva agrupación política de extrema izquierda-a la que curiosamente ningún medio parece tipificar como tal-convocada por Macron, los gobiernistas se concentraron en la capital del país para celebrar como si se tratara de un triunfo absoluto. Entre aquellos llamó la atención un joven parisino simpatizante del Gobierno a quien se le cuestionó del por qué de la razón de su voto por la coalición de izquierdas, y su respuesta no pudo menos que dejar perplejo a su entrevistador por lo confusa de la misma: "Creo que el triunfo de la izquierda es de gente con mente abierta, que quiere compartir con otras culturas. Del otro lado, la derecha está más enfocada en la gente francesa".

Esta respuesta sería explicable en un extranjero viviendo de gorra en un país que no fuera el suyo, como suele suceder en Francia, España, Suecia y la mayoría de las naciones integrantes de la Comunidad Europea, pero no puede menos que resultar incoherente en un ciudadano de aquel país si partimos de la mínima lógica de que las naciones deben gobernar primero por el bienestar y la seguridad de sus propios ciudadanos de manera general y por encima de intereses mezquinos y ajenos a las necesidades del país. Esta misma lógica-al menos en el discurso-aplica lo mismo para la izquierda estadounidense del Partido Demócrata que para un súbdito de los Emiratos Árabes, pero no para una generación de votantes jóvenes y mediatizados bajo la óptica del fariseísmo totalitario y contradictorio de la corrección política.

Sin embargo, la realidad es que el partido de Marine Le Pen terminó aquella jornada electoral como el más votado en primera y segunda vuelta con más de 10 Millones de votos, aunque le tocará dirigir a Macron de nueva cuenta como Jefe de Estado votado por Extrema Izquierda Francesa gracias al curioso sistema electoral Francés. Aún así Bardellar, el candidato de Le Pen reivindica que han subido de apoyos desde 2022 puesto que han pasado de ocupar 89 a cerca de 160 escaños, por lo que aunque la prensa globalista repita que Le Pen ha perdido las elecciones, tal parece que en realidad las ha ganado aunque no pueda Gobernar.

Escrito en: OPINIÓN EDITORIALES izquierda, extrema, país, Macron

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