Editoriales

OPINIÓN

Fanny y Pablo Jared: silencio, impunidad y dolor en la Comarca Lagunera

Contrapesos

Fanny y Pablo Jared: silencio, impunidad y dolor en la Comarca Lagunera

Fanny y Pablo Jared: silencio, impunidad y dolor en la Comarca Lagunera

VÍCTOR MONTENEGRO

En la Comarca Lagunera, el silencio y la indiferencia de las autoridades ante las desapariciones de personas se han convertido en el doloroso telón de fondo, para cientos de familias que han tenido que emprender por cuenta propia la búsqueda de sus seres queridos. Dos casos, uno reciente y otro que lleva ya dos décadas sin respuestas, ejemplifican esta desgarradora realidad.

El más reciente caso, el de Pablo Jared, ocurrido hace más de tres meses, ve correr los días y horas tornando amargas todas las esperanzas de una familia, la que se enfrenta a la inacción de las instituciones que deberían ser las primeras en responder con todos sus recursos y empeño. En lugar de ello, el proceso se caracteriza por trabas burocráticas y un vacío de apoyo efectivo.

El segundo caso, el de Fanny Ortiz, el más emblemático quizá por haber ocurrido hace ya 20 años, representa la cara más brutal de la impunidad en la región. La familia, que ha perdido años de vida en una búsqueda incansable, aún clama justicia. Un recordatorio constante de la incapacidad y la falta de voluntad de las autoridades para esclarecer el paradero de los desaparecidos.

Ambas historias son reflejo de una lucha que nunca debería recaer en las familias. Y es que son los padres, hermanos y amigos quienes se han convertido en investigadores, rastreadores y activistas en una búsqueda que debería estar a cargo de las autoridades. La sociedad civil ha tenido que organizarse para suplir la indiferencia, y esto es una clara muestra de que el problema de las desapariciones en la Comarca Lagunera no ha sido atendido de fondo.

En este contexto, los colectivos de búsqueda, en especial Grupo VIDA, han cobrado relevancia como el único sostén para las familias. La organización, el esfuerzo y la determinación de estos grupos representan un símbolo de esperanza, además de una denuncia implícita de la falta de acción gubernamental. Su trabajo no solo suple la labor que debería estar en manos del Estado, sino que además expone las profundas carencias de un sistema que tendría que proteger a sus ciudadanos.

El caso de Pablo Jared, un joven que salió para cumplir con su trabajo y nunca regresó, ilustra la grave situación en esta región compartida entre los estados de Durango y Coahuila, dos entidades que, pese a sus compromisos de combatir la inseguridad, continúan siendo escenario de desapariciones y violencia. A pesar de los esfuerzos de la familia y la atención mediática que ha despertado este caso, las respuestas han sido mínimas y la incertidumbre se prolonga.

Aún más desgarrador es el caso de Fanny. Su madre, Silvia Ortiz, ha pasado estas dos décadas buscando incansablemente a su hija y exigiendo justicia en un entorno de indolencia oficial. Desde entonces, Silvia no solo ha liderado la búsqueda de su hija, sino que se ha convertido en un símbolo de resistencia para otras familias de desaparecidos en la región como fundadora de Grupo VIDA.

Las cifras oficiales no logran captar la magnitud del dolor y la incertidumbre que viven miles de familias en México. Cada nuevo caso de desaparición es una herida abierta en la memoria colectiva de una región como la Comarca Lagunera, que sufre ante la inacción de los encargados de hacer justicia. ¿Hasta cuándo las autoridades tomarán en serio estas tragedias? ¿Hasta cuándo podrán las familias encontrar paz y respuestas?

EN LA BALANZA.- Indigna y preocupa la violencia que se reporta en algunos centros de rehabilitación como el caso de "Primer Paso" en Durango, en el que, según una denuncia difundida en redes sociales, una mujer interna fue víctima de agresiones físicas, sin que el personal encargado interviniera para detener los abusos. Estos centros deberían ser lugares seguros donde las personas reciban apoyo para superar sus adicciones, no escenarios donde se perpetúe la violencia. En duda están la calidad y eficacia de los centros de rehabilitación en el estado. Este y otros casos plantean una reflexión sobre la necesidad de una mayor regulación y supervisión en este tipo de instituciones.

X: @Vic_Montenegro

Escrito en: OPINIÓN EDITORIALES Comarca, caso, búsqueda, familias

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas