Salidas. Con rumbo a Garabitos y Tapias es donde hay mayor presencia de caballos y vacas transitando por las vialidades.
En el municipio de Durango se tiene un promedio de 75 accidentes por año provocados por ganado que transita en bulevares y calles de la capital; se calcula que este año serán 90.
De acuerdo con el registro que se tiene por parte de la Dirección de Desarrollo Rural Municipal, en el 2023 hubo 76 accidentes provocados por ganado, en el 2022 fueron 85 y en el 2021 se presentaron 64 casos.
Son principalmente caballos y vacas lo que se reporta en colonias y fraccionamientos cercanos a la salidas de la ciudad como rumbo a Garabitos y Tapias.
SANCIONES
Lo más importante es prevenir que los animales lleguen a la ciudad; por eso se buscan sanciones ejemplares para quienes dejen el ganado suelto en bulevares y vialidades porque generan riesgo a la población y a las propios animales, precisó Manuel Herrera Ruiz director de Desarrollo Rural Municipal.
Actualmente aunque hay sanciones para los propietarios que dejan a su ganado suelto, pero se aplican solo cuando se pueden identificar por el seguimiento del arete o herraje, pero cuando no se identifican se resguardan en el Zoológico y no hay a quién aplicarles la multa, aclaró.
PREOCUPA
La cuestión con estos accidentes es que generan una pérdida de patrimonio para las familias, un riesgo en general para la población y muerte de ganado, subrayó.
Se está trabajando, adelantó, en un proyecto para la prevención de accidentes, de lo que ya se hizo un estudio previo para actualizar el padrón de mostrenqueros, mostrencos y el registro de fierros de herrar ante el Municipio, así como tener bien establecido lo que se debe hacer.
Hay comunicación con los representantes de los ejidos cercanos a la mancha urbana, para trabajar en el proyecto donde se tiene que involucrar también a la Policía Ganadera, la Fiscalía General del Estado y las Asociaciones Ganaderas, refirió.
SEQUÍA
La sequía que se presentó en el estado fue un elemento que incrementó el ganado circulando en la ciudad porque no tenían alimento en los potreros, justificó.
Los forzaba a atravesar los lienzos perimetrales para su alimentación, comentó, además del crecimiento de la mancha urbana que absorbe poco a poco a muchas comunidades.